• Por Antonio Méndez

ty-segall-harmonizer-albumCrítica

Con Cooper Crain co-produciendo, Ty Segall entregó una de sus numerosas píldoras psicogarajeras, en este caso titulada “Harmonizer”.

Se abre con “Learning”, corto instrumental electro-robótico que preludia “Whisper”, canción con introducción a capela que evoluciona como un blues ácido en tempo lento… me desvanezco, me convierto en susurro… Sonido típico de Segall, entre Cream y los Blue Cheer.



ty-segall-harmonizer-review-criticaCon “Erased” nos lleva al acid rock inspirado en otra de sus influencias, los primeros Black Sabbath.
Sonido en distorsión, tono paranoico, dominante percusión, tempo lento…
Confusión lisérgica. Sin cara, sin nombre, me reemplazan. ¿Quién?

La guitarra de la canción que titula el LP, “Harmonizer”, recuerda al The Edge (U2) en “The Fly” o similares…. no importa lo que digas… importa la libertad de decirlo.
Es un psicogaraje típico de su autor con desarrollo mantra.

Es “Pictures” un melódico space acid rock a lo Hawkwind con variante de estilo art rock… memoria, recuerdos…
Ty no recuerda. No le dejan vivir sus recuerdos. Es vivir en una permanente frustración.

La balada “Ride” nos lleva a una electrónica oscura, tecno a lo Devo o Gary Numan con dejes bolanianos.
Tiene estilo, tiene atmósfera.

Más Black Sabbath en el psicoheavy “Waxman”, corte con wah wah y ecos ácidos también de Hawkwind.

“Play” es un corte que mezcla la psicodelia con el funk, destacando la punción guitarrera y la percusión.
Podría interpretarlo a dúo con Jack White.

La mujer de Ty, Denee Segall, canta “Feel Good”, un punk garajero de texto sencillo sobre buena compañía… estar contigo me hace sentir bien.

Termina “Harmonizer” con “Changing Contours”, otro pop paranoide con electrónica y una ejecución psicotrópica indistinguible de sus colegas Oh Sees.
Lo de casi siempre en Segall.