• Por Antonio Méndez

beirut criticas de discos albumCrítica

Se hacen llamar Beirut pero no son del Líbano ya que proceden de los Estados Unidos, concretamente de Nueva York. Su líder es el joven Zach Condon (no llega ni a los 20 años en el momento de la grabación) y han salido del anonimato con este debut por su conglomerado de músicas folk de muy diferente procedencia. Si ahora me voy a Rumanía, más tarde me paseo por París o recojo esencias de Turquía, Italia o los Balcanes.

La primera escucha tiene su gracia, con arreglos originales, melodías de nivel, sentido evocativo en su interpretación y atmósferas que no dejan de fascinar. Esas trompetas borrachas tipo mariachi, el acordeón y un tempo funerario o de paso de Semana Santa significan la originalidad de la quejosa pieza homónima.



beirut-discos-criticaCon posterioridad danzamos valses agitanados con “Prenzlauerberg”, repicamos con salero una mandolina sobre una percusión tipo militar en “Brandenburg” y en “Postcars from Italy”, en donde las trompetas vuelven a tomar protagonismo.

Uno de los mejores momentos del disco es “Mount Wroclai”, pieza con avivado acordeón que nos conduce a las calles de Montmartre. Se escuchan sonidos de trompeta y glockenspiel, y la ejecución vocal de Condon es magnífica.



Otro corte del álbum es la simpática “Scenic World”, en donde su influencia gitana alcanza momentos sofisticados con los sonidos del órgano Casio F-12. Sólo falta la cabra haciendo equilibrios.

La intensa “Bratislava” tanto podía abrir una corrida de toros como formar parte de la banda sonora de una fiesta gitana en Transilvania; mientras que “The Bunker” ejemplifica su talento melódico en su faceta más folk-pop.