• Por Antonio Méndez

black mountain in the future album cover portadaCrítica

Segundo disco de los Black Mountain, grupo acid rock de Canadá compuesto por el cantante y guitarrista Stephen McBean, la cantante Amber Webber, el bajista Matthew Camirand, el batería Joshua Wells y el teclista Jeremy Schmidt.

Sus sonidos neopsicodélicos recogen herencias de bandas hard rock, psicodélicas, blues rock y prog rock de finales de los años 60 y comienzos de los 70, tipo King Crimson, Uriah Heep, Atomic Rooster, Free, Deep Purple, Budgie, Blue Cheer, Spooky Tooth, Led Zeppelin o los primeros Black Sabbath.




Ofrecen tanto vibrantes composiciones hard rock psicodélicas y blues rock con potentes riffs de fuzz guitar en combinación con una intensa sección rítmica, voces espectrales y atmosféricos teclados (uno de sus máximos ejemplos es la fenomenal “Stormy High”), como tempos lentos acústicos acid-folk-rock con combinación vocal (“Stay Free”).

Al margen de las citadas, el disco incluye otras piezas de mérito como…
“Angel”, medio tiempo blues rock a lo Free con intro de enérgica batería, falsete en armonías, mellotron a lo Beatles y arreglos de cuerda
“Tyrants”, acertada épica prog-rock a lo Uriah Heep o King Crimson con diversos paisajes sonoros que tanto evocan estampas pastoriles con elegantes guitarras acústicas y una flauta, como se ejecuta rítmica una marcha o se arrebatan las cuerdas eléctricas con fondo de sintetizadores psicoprogresivos y guitarras que, al margen de las referencias citadas, mezclan a Black Sabbath con Yes y Thin Lizzy.



“Wucan” es un hipnótico corte psicodélico space rock con su permanente riff oriental de teclado, mixtura fenomenal de voces masculinas y femeninas, y pulso funk en la sección rítmica.

El tempo lento y el texto oscuro de “Queens Will Play” evocan atmósferas oscuras y nocturnas de intriga con un asiento prog rock y un logrado trabajo en teclados.

“Evil Ways”, abierto con una dinámica percusión tribal, es un hard-psico-blues con ecos de Deep Purple y Cream; la expresión vocal, el tempo, el piano y la acústica de la balada “Wild Wind” calca al David Bowie más glam; y “Bright Lights” es una larguísima pieza con interesante miscelánea de sonidos.

El álbum se cierra con la lánguida “Night Walks”, tema lento con voz principal de Amber Webber.

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