• Por Antonio Méndez

coldplay-music-spheres-albumCrítica

Max Martin produjo a Coldplay este disco que suena más pop radiofórmula que nunca a pesar del presunto envoltorio space rock conceptual.

Se abre con el corto tema instrumental ambient “Music Of The Spheres”, pieza que titula un álbum de letras muy simples, románticas y de buenrollismo global, como el de “Higher Power”, floja canción que imita el estilo new wave de finales de los años 70 y comienzos de los 80.
No te vayas. Abrázame. Canta, baila.

“Humankind” es un corte con sintetizadores retro, potente percusión, guitarra acústica, vocoder y teclados arena rock sobre encuentro extraterrestre.
Solo somos humanos, estoy como volando.
Chris Martin emplea el falsete en un pieza intensa de mensaje “we are the world, we are the children”.



coldplay-music-spheres-album-review-criticaTras el interludio “Alien Choir” se escucha “Let Somebody Go”, una balada sobre desamor con Martin acompañado en la voz por Selena Gomez.
No quedaría mal en boca de un pesaroso Lionel Ritchie en el año 1982.

Con We Are King y Jacob Collier unen voces a capela para cantar “Human Heart”, otra pieza “toermundoébueno “, ahora en modo religioso góspel.
Aburre, pero no armonizan mal.

Más interesante es “People Of The Pride”, una pieza de plausible atmósfera.
La intro, de tono misterioso, de preludio épico y con voz distorsionada, recuerda a Steven Wilson antes de avivar el tempo y crear un tecno-glam-industrial pasable con pegadizo riff que alterna intensidad y relajo.

En “Biutyful” quieren experimentar aniñado con distorsión una voz femenina pero parecen los pitufos con el Padre Abraham.
El desarrollo es un medio tiempo soul melódico, un pop-rock formulista sin riesgo, FM, con un texto romántico muy simplón.

Otro interludio: “Music Of The Spheres II”, aquí simulando un concierto. Aplausos, coro de niños.

“My Universe” es el single estrella del disco.
Los británicos Coldplay hacen equipo con los surcoreanos BTS para crear un dance pop pegadizo con letra baladí…
Válido para un baile adolescente.



“Infinity Sign” es un relleno disco-dance con agitados sintetizadores y el cántico de estadio olé olé olé olé… Prff…

Cierran con la ambiciosa “Coloratura”, un prog-rock de 10 minutos en tempo lento en pompa espacial con uso destacado del piano y juegos vocales… caemos entre nubes, en este mundo loco solo te quiero a ti, somos melodía en combustión…
Prff… bueno, vale… sí… venden mucho.