• Por Javier Platas

cymbals-eat-guitars-pretty-years-discosCrítica

Apreciable cuarto disco de los neoyorquinos Cymbals Eat Guitars, en donde la banda liderada por Joseph D’Agostino aúna influencias clásicas de rock con elementos noise, punk o shoegaze.

“Finally” es el corte inicial y posiblemente el mejor del álbum. La combinación de guitarra y teclado en el riff principal suena realmente bien en un tema que principia con D’Agostino cantando sobre un tempo a lo Crazy Horse. La variante melódica del estribillo es sensacional. Magnífico comienzo.

“Have a Heart” es pegadizo pop de notable melodía y guitarras a lo Smiths.

En “Wish” la voz de D’Agostino recuerda al primer Elvis Costello cantando sobre un estiloso fondo glam a lo Roxy Music con estrafalario saxofón incluido. El estribillo ya es más convencional aunque no desentona.

Con “Dancing Days” estamos ante otro de los momentos cumbre de “Pretty Years”. Melancólica balada con influencias de Radiohead y Suede y una gran intensidad emocional.

“Beam” es una urgente pieza noise punk de desgañitada expresión vocal que recuerda a los Pixies; mientras que “Mallwalking” es puro shoegaze con teclados distorsionados y narcotizante atmósfera, mostrándose más luminosos en el estribillo.

El álbum finaliza con “Shrine”, típica balada épica con pretensiones de himno que no termina de convencer como sí lo hace buena parte de este plausible trabajo.