Crítica
El cuarto trabajo de Deep Purple es para muchos el primero, el que mostró el verdadero potencial de estos chicos. El sonido aquí se hizo más crudo, contundente y pletórico: mientras Blackmore pone las cuerdas al rojo vivo en el tema “Black Night” y vuela sobre la sólida sección rítmica de Glover y Paice, las aportaciones del humeante Hammond de Lord y la poderosa voz de Gillan se hacen impagables. En fin, un pilar básico del Hard Rock setentero.
Canción favorita del disco: Hard Lovin’ Man.
Víctor Hugo