Crítica
Disco clave de la trayectoria de Mötley Crüe, uno de los nombres destacados del denominado hair metal ochentero, es decir bandas surgidas principalmente en la zona de Los Angeles a principios de los 80 con imagen glam de peluquería y practicantes de un contundente hard rock con dosis de heavy metal y herencias tanto del shock rock tipo Alice Cooper como de KISS, Aerosmith o el festivo glam rock setentero.
Estribillos-himno, adhesivos riffs, energía, grandes clásicos como “Shout At The Devil”, “Looks That Kill” o “Ten Seconds To Love” y hasta una versión menor del “Helter Skelter” de los Beatles es lo que depara este disfrutable disco, carente sin embargo del talento y la creatividad de sus influencias y menos satisfactorio que las grandes obras de Guns N’ Roses, por citar otros ilustres angelinos más o menos coetáneos suyos.