Crítica
Panda Bear es Noah Lennox, músico y compositor con querencia a Brian Wilson que también forma parte de Animal Collective, Jane y Together.
En este tercer disco grande como solista no se desapega de los Beach Boys psicodélicos y experimentales, envolviendo en efectos ácidos y ruiditos varios sus tonadas lisérgico-progresivas.
Voces con armonías, tempos laxos que mezclan el pop psicodélico, la vanguardia, el ambient, y el folk, reverberaciones, samples con sonidos animalescos, en ocasiones paseos por metro, retumbantes percusiones, caóticos muros de sonido en donde cabe de todo, e historias típicas en busca de catarsis del depresivo, historias antidroga con alusiones a enganche de estupefacientes, afirmaciones de independencia, y deseos de buenos momentos.
El ambicioso mejunje de sonidos y voces, con interesantes enlaces instrumentales, hábiles contrastes y refrescantes melodías brianwilsoneras con cantos sutilmente etéreos, resulta muy escuchable para los amantes de ejercicios de pop psico-sofisticado 60’s, tipo Beach Boys “Pet Sounds y siguientes”, o Curt Boettcher y sus Millennium y Sagittarius.
Aunque parcialmente brillante en su concepto collage, el estiramiento de sus propuestas alcanza puntos hastiantes por la reiteración rítmica y melódica, y el exceso y prioridad en densificar en la producción y arreglos las piezas desequilibra y, en consecuencia, minuscaba las bases de su escritura, si es que la misma se percibe sereno y al margen de dosis psicotrópicas.