Crítica
Billy Corgan en modo tecno pop con “Cyr”.
La influencia de la nueva ola británica 70s/80s es manifiesta este disco de Smashing Pumpkins, un trabajo demasiado largo, con veinte canciones, en el que se pueden salvar algunas piezas válidas en cuanto a melodía, ritmo, arreglos…
Más que a Depeche Mode, el álbum suena a Human League, los primeros Duran Duran, Yazoo… con textos crípticos, gran parte de ellos en tono oscuro, en los que no faltan referencias mitológicas.
“The Colour Of Love” abre el disco con un corte de pop de sintetizadores rápido, bailable, con una letra sencilla, repetitiva… el color de tu amor es gris, ceniza, el tiempo se escapó…
Percusión machacona y coros femeninos, muy 80s (y constantes en el LP), de Katie Cole y Sierra Swan.
… el amor es fácil…
En las texturas electrónicas de la balada “Confessions Of A Dopamine Addict”, Corgan sí que recuerda a Depeche Mode, los de Vince Clarke, y a Kraftwerk.
Termina aburriendo.
La canción que da título al disco, “Cyr”, es un corte tecno, dance pop, melódico, con efectos vocales, lírica extraña de autoconsumo… al borde de un amanecer sagrado y ojos endrinos… y equilibrados arreglos.
Podría ser cantado por Human League en 1982 y por Propaganda en 1985.
Vuelve el tempo lento en “Dulcet In E”, con Billy autotildándose de nigromante.
Olvidable.
Citas a Ulises y Circe en “Wrath”, escenarios fríos, de carreteras oscuras.
Pop-rock lineal de radiofórmula, flojo.
En “Ramona” suena una guitarra acústica con progreso en medio tiempo de pop de sintetizadores melódico, de fácil escucha, del montón, con Corgan enamorado de la Ramona del título… una tormenta contigo…
Ni fú ni fá.
Más interesante es “Anno Satana”.
La canción, tecno, tiene atmósfera, tiene intensidad, con Billy, también productor del disco, compactando los arreglos instrumentales y vocales en una pieza oscura de alienado… sabes que soy un hombre perseguido, nunca necesité a nadie…
“Birch Grove” es un art pop lento con algún tramo con tempo de marcha y una intro de intrigantes sintetizadores estilo giallo.
No está mal a pesar de su progreso monótono.
“Wytchh” es de lo más rock del álbum para exponer, con ritmo sincopado, bases post-grunge y un ambiente de amenaza, imaginería de brujos… Samhain…
Aplausos sintetizados en “Starrcraft”, pop de sintetizadores sin gracia, amorfo, uno de los peores temas del disco.
Mejor es “Purple Blood”, sin ser nada del otro mundo. Posee buenas variantes con meritoria labor en arreglos para crear un tono sensual… volaré como tu fénix, pasar fiebre a tu lado, enamorado de tu Dios, de tus miedos…
“Save Your Tears”, entre desmayos por despedidas con voz frágil… ¿no te irás?… retoma la épica de sintetizador en una mezcla Depeche Mode-Giorgio Moroder.
“Telegenix” es otra de las baladas del disco. Tiene como centro a una mujer que toma dulces, que se enfría, que se apaga… si ellos dicen que no ha habido suicidio, ¿qué es?
Tecno pop con un buen estribillo. No le disgustaría a Vince Clarke.
La escasa variación del registro vocal puede cansar con tanta canción.
La número 14 es “Black Forest, Black Hills”, corte de dominante percusión que no trasciende.
“Adrennalynne” no está mal. Es un tecno pop pasable, de ritmo mantenido, pegadizo, con arreglos que recuperan esencias ochenteras.
“Haunted” empieza minimalista con Billy confuso, oraciones, fines… padre, no estoy en ninguna parte.
Busca contrastes, un escenario de misterio, pero logra sopor.
Dance pop con “The Hidden Sun”. Coros en plan película softcore 70s y un ritmo de sano bailoteo a lo Donna Summer bajo la bola de espejos.
Citas a Esopo, a Morfeo y tono luminoso. Vale.
Fin de este trabajo con…
“Schaudenfreud”, influencias new wave ya cansinas.
“Tyger, Tyger”, tigres merodeando en un pesado pop de sintetizadores
“Minerva”, pegadiza estimulación dance y búsqueda de Xanadú.
No encontrado. En el bolsillo…