• Por Antonio Méndez

real emotional trash stephen malkmus album cover disco reviewCrítica

El exmiembro de Pavement, uno de los grupos más potables de las últimas décadas, publicó su cuarta colaboración los Jicks con este “Real Emotional Trash”, un disco con sonidos diversos: prog-rock, hard rock, psicodelia, noise-pop… y textos líricos ahora surreales, ahora humorísticos, ahora surreales-humorísticos, más tarde melancólicos.

“Dragonfly Pie” es un corte de guitarras flamígeras y tempo de metal sombrío-amenazador al estilo de los primeros Black Sabbath que contrasta con un estribillo pop con falsete y pulido del fondo distorsionado de las estrofas.


“Hopscotch Willie” es una especie de jam iniciada con guitarra acústica y un órgano en conjunción instrumental blues-jazz-pop.
Tanto caben los Allman Brothers como los Grateful Dead, Steely Dan o algún acorde a lo Who.

“Cold Son” aleja a Malkmus de la experimentación sin demasiado enfoque y le muestra con una estructura pop más clásica y más cercana a su pasado pavimentado.

Otros corte pop de estilo parecido a “Cold Son” son “Out Of Reaches”, canción con arreglos de cuerdas y distorsión en el simple estribillo, y “Gardenia”, alborozado medio tiempo que fusiona a la Velvet Underground con Free Design.

El título homónimo del álbum retoma de nuevo la base psicoprogresiva de parte del álbum en una pieza de casi diez minutos con lugar a la psicodelia, el jazz y el pop con huellas post-punk de Television.
No faltan tampoco ecos de los Beatles lisérgicos y de la citada Velvet Underground.


Más prog-rock en apariencia acid-folk en “Elmo Delmo”, un corte con resonancias de Emerson, Lake & Palmer o King Crimson.

Otros temas del álbum son “Baltimore”, medio tiempo con piano, coros lisérgicos y un concepto inicial de folk-rock progresivo que varía en su mitad a pasajes hard rock a lo Cream, “We Can’t Help You”, balada con piano y órgano con algún aire gospel y ragtime que podrían interpretar los Wings en los 70, y “Wicked Wanda”, tema final psicodélico con tramos bucólicos de guitarra folk-medieval, rimas simplistas casi en plan canción infantil, y arreglos orquestales y juegos vocales a lo Beatles del Sgt. Peppers con un magnífico progreso melódico.