• Por Antonio Méndez

steven-wilson-to-the-bone-albumCrítica

Aparcados Porcupine Tree y No-Man, con menor presencia en Blackfield, el músico británico Steven Wilson ha centrado sus esfuerzos en estos últimos años en su carrera como solista, grabando discos de mérito… “Grace For Drowning” (2011)… y LPs prescindibles… “4 1/2” (2016)… en una evolución más pop-rock que progresiva.

“To The Bone” se abre con dos colaboraciones de Steven con Andy Partridge, el miembro de XTC.
La primera es la homónima del disco, “To The Bone”, siete minutos iniciados con parloteo femenino, tempo de blues étnico que mezcla la percusión de “Sympathy For The Devil” de los Rolling Stones con el rock sinfónico de Supertramp.




Más tarde un ritmillo bailable funk pop, punteos blues, armonías souleras, variante ambient… derribamos los dioses del miedo, un mar que podemos navegar, hasta la verdad… Un valiente.

El segundo corte co-escrito por Wilson/Partridge es “Nowhere Now”… demasiada tinta malgastada, demasiado todo… soy libre flotando entre las nubes… Steven es un tipo solitario, abomina de la multitud, escapa del gentío, evita la gentuza…
Corte pop-rock melódico, emocional, piano, acordes Who, suntuosas voces, arreglos de cuerdas, un buen tramo instrumental al estilo Mike Oldfield
El tema recuerda a algunas canciones de su proyecto con Blackfield.




La cantante israelí Ninet Tayet colabora vocalmente en varios cortes de “To The Bone”, por ejemplo en “Pariah”… estoy cansando del ayer, cansado de lo que viene, cansado de todo… Es la típica canción de apoyo emocional… yo te consolaré, no te preocupes, no te vengas abajo… estructurado como un diálogo entre Steven y Ninet, con esta última sonando como Bonnie Tyler.
La épica-íntima, propia de Wilson, en un tema lento melódico con creciente muro de sonido.
Nada muere, nada termina.

Guitarras rock en el medio tiempo “The Same Asylum As Before”… ¿estás orgulloso de tus fracasos?…
Steven Wilson utiliza, de forma inusual en su carrera, el falsete, para cantar esta pieza que recalca su visión pesimista de la existencia… es duro vivir… con algún ligero apunte político… controláis a la gente, no creéis en la libertad…
Un corte cercano al rock progresivo con trallazos guitarreros, trazos jazz y fondo orquestal.

“Refuge” dura siete minutos.
Se canta desde la perspectiva de un refugiado… el invierno es duro, duermo con la misma ropa que arrastro por el barro… no sé qué pasará en el futuro, no hay ningún sitio al que pueda ir, mejor me quedo aquí…
Otro corte progresivo de paulatina intensidad con potente percusión, un sintetizador burbujeante, un buen solo de guitarra, armónica.
Para bien, Wilson evita el sermón político buenista, centrándose en las emociones vividas por el protagonista en tiempo presente.




steven-wilson-to-the-bone-album-criticaDespués de la acritud de “Refuge” suena “Permanating”, un disfrutable, optimista (muy raro en Steven Wilson) y rítmico corte, muy pegadizo, muy comercial… en una autopista con luna luminosa…
Radiante pieza pop de tres minutos que mezcla el “Mamma Mia” de ABBA con la ELO de Jeff Lynne en la etapa de su “Out Of The Blue”. Celebremos. Levitemos.

Regresa Ninet Tayeb al estudio de grabación para alternar voces con Wilson en “Blank Tapes”, canción de dos minutos escasos.
Es una melodía hermosa, frágil, desnuda, sobre ruptura de pareja… no nos queda nada, nada más que cintas vacías…
Se hace corta.




“People Who Eat Darkness” es uno de los dos cortes escritos sobre terrorismo.
Aquí adopta el punto de vista de un vecino de un terrorista islámico… vivo en el piso de al lado, te oigo follar con tu novia, solo compartimos un gesto de saludo en las escaleras, pierdes el control, tus hijos se confunden…
Es un gran tema rock que podría sonar en un disco de Porcupine Tree, potente, con alguna similitud con Hawkwind.

Cambio total de registro con “Song Of I”… esta es mi adicción, lo dejé todo para demostrarse que me importas, no me pidas que renuncie a ti…
Es poco soportable en una primera escucha con su ritmo procesado hip hop, pero después se aprecia su concepto sexual, misterioso, oscuro… sobre una dependencia-obsesión de pareja que Steven canta junto a la sueca Sophie Hunger.
Muy atmosférica, con excelentes arreglos, podría sonar en la banda sonora de una película de “Cincuenta Sombras…”.




Es “Detonation” la segunda pieza sobre terrorismo.
En esta ocasión es desde la perspectiva del propio terrorista… gran Dios, no creo en ti, pero haré lo que quieras que haga, luchar en la ciudad, sé que es eso lo que esperas de mí…
Notable corte progresivo de 9 minutos con variantes eficaces en estilo y ritmo… electrónica, ambient, jazz, funk, rock.

Termina “To The Bone” con “Song Of Unborn”, balada con piano de enfoque agridulce pero optimista, conformista en cierto modo… la rutina, sí, diaria, sí, pero no tengas miedo de estar vivo, tampoco tengas miedo de morir… Wilson es un autor melódico de altura.
Corte para quienes gusten del sonido Blackfield…. no es lo que tienes, es como te expresas, no es lo que ganas, es lo que aprendes. Valores. Sensaciones.

Ir a la biografía AlohaCriticón de Steven Wilson