• Por Antonio Méndez

tame-impala-currents-foto-criticaCrítica

Con el éxito de “Lonerism” el grupo australiano de Kevin Parker, Tame Impala, se convirtió en uno de los adalides de la neopsicodelia del siglo XXI con huellas ácidas, dream pop, space rock, del período lisérgico de finales de la década de los 60.

En “Currents”, su tercer disco, Parker añade a sus bases psicodélicas influencias funk, soul, disco… en un pastiche desigual con tramos excelentes de arreglos y producción y otros que remachan demasiado la fórmula sobre asuntos de madurez, introspección, inseguridad, búsqueda.

Está siempre a mi alrededor.
Paranoia…. Suena, pero no muy alto. Ruido… Todo parece superficial. El profundo… Siento un océano por dentro, si no vuelvo dile a mi madre que lo siento… Adiós.
“Let It Happen” es una apertura magistral….
Escucho una alarma. Debe ser por la mañana…
No se puede combinar mejor la psicodelia con sonidos disco funk en una inventiva pieza de diferentes texturas y ritmos.
Son ocho minutos que se hacen cortos.

Es como si se encontraran temporalmente los Daft Punk con Curt Boettcher.



El interludio lisérgico “Nangs” es un “hidro-ambient” con cuerdas tipo Bernard Hermann, preludio de “The Moment”, rítmica cópula de pop psicodélico con sonidos disco soul de los 70 que no entusiasma.
Tampoco molesta.

“Yes I’m Changing”
… iniciación adolescente, madurez, transición hacia responsabilidades, calma de la experiencia ante la rabia pueril…
Puedes venir conmigo, hay otro futuro esperando… Esperemos que mejor.
Esta balada de voz dulzona con tramos barrocos es como un hijo bastardo del pop 80’s de sintetizadores de F. R. David y Sagittarius.
Vale.

“Eventually” es una canción lenta sobre separación de pareja…
Dije que nunca te haría daño. Yo seré feliz y tú también. Mucho más…
Emocional, válida en la creación atmosférica y melódica.
Tono melancólico de ensueño.
Buen trabajo en arreglos.




tame-impala-foto-grupoTras “Gossip”, adorno instrumental con postureo de experimentación, suena otra de las canciones más destacadas del álbum: “The Less I Know The Better”.

El recurso insistente del falsete está sublimado por la capacidad de Kevin Parker para crear con sofisticación ritmos y melodías y, en esta ocasión, un estupendo riff que domina un corte disco funk con triángulo amoroso….
A ver si por fin estamos juntos.
Mejor tarde que nunca.

“Past Life”, experimentación con voz robótica en un dream pop que crea una extraña situación fantasmal con inesperada figura femenina…
Era mi amante en una vida pasada…

Parker a lo Ennio Morricone para un giallo 70’s.

Más cerca de la tontería que de algo serio.

“Disciples” muestra influencias de la new wave estilo The Cars o The Knack en una pieza de alto ritmo y baja trascendencia.
De relleno.

El tramo final redunda las mezclas psico-soul-funk y el énfasis en las atmósferas sin originalidad.




“Cause I’m A Man”, flagelación hombruna.
Soy Patético. Eres patético. Tu dixisti…
No tiene mala melodía, más bien todo lo contrario.
Parker emulando a Al Jarreau, a Prince, a Smokey Robinson…
A elegir en modo soul.

De “Reality In Motion” se puede salvar el estribillo.

En “Love/Paranoia” ya carga-recarga su voz en falsete y el exceso en la producción.

“New Person, Same Old Mistakes” pretende hipnotizar con su tempo en una extensión que culmine las mezclas y varianzas de “Let It Happen” pero no termina de convencer.

Gran comienzo.

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