• Por Antonio Méndez

arcs-electrophonic-chronic-albumCrítica

Segundo disco de The Arcs, un grupo paralelo a The Black Keys liderado por Dan Auerbach, quien graba sonidos soul y funk en compañía de artistas del estilo, como el teclista Leon Michels (también co-autor y co-productor del LP), el bajista Nick Movshon y el batería Homer Steinweiss, quien reemplazó al fallecido Richard Swit, cuyo instrumento todavía se escucha en varias piezas del álbum.

“Keep On Dreaming” se abre con un latigazo.
Ágil ritmo en estampas urbanas y oníricas, lo que otorga ligeros rasgos de psicodelia a sus esencias sincopadas funk/soft rock.
Dan canta en falsete y Michels emplea diversos teclados: ace tone, hammond…




“Eyez”.
Auebarch, hablando sobre cuitas de amor, con efecto eco en un sofisticado pop soul en tempo lento y pegadizo estribillo, destacando el bajo de Movshon.

the-arcs-electrophonic-chronic-review-criticaUn piano abre la canción “Heaven Is A Place”, más romanticismo y formato balada soul.
Emocional, melódica, no está mal el estribillo y el riff de teclado.

El interludio instrumental “Califone Interlude”, de poco más de un minuto, es un corte con viento, pandereta, steel guitar… todo sonando con tanto equilibrio como intrascendencia.

Es “River” una memoria nostálgica con la metáfora del río que ya no fluye.
Shae Fiol mete coros en otro genérico soul, aquí con toques jazz.



“Sunshine”.
Si antes había toques jazz aquí hay aportes latinos al funk templado, con congas y coros infantiloides de Mireya Ramos.

“A Man Will Do Wrong” suena a Smokey Robinson.
En realidad es una versión de un tema de los años 60 con el título cambiando el sexo.
“A Womdn Will Do Wrong”, escrita por Clarence Reid y Paul Kelly, cantanda primero por Helene Smith, después por Irma Thomas.

El tema, sobre todo lo que puede hacer un enamorado (hasta el mal) para lograr la atención de su amada, comienza con rasgueos acústicos folk con una evolución previsible de soul y góspel.

“Behind The Eyes” podría cantarla Van Morrison.
Más balada y más soul, ahora con búsqueda de verdad en la mirada.

A este disco le falta diversidad en tempos.

Otro instrumental.
“Backstage Mess” nos lleva al cóctel y a la costa caribeña.
Coros arrullando y flauta. No está mal.


En “Sporting Girls Interlude” una mujer habla de dinero, deporte y seguridad.
No se sabe qué pinta esto aquí, aunque bueno, conecta con la siguiente pieza que es…

“Love Doesn’t Live Here Anymore” es otra balada, con hammond, piano y melotrón, conversaciones veladas y Dan afirmando que no está triste porque su pareja se haya ido con otro, que ya no hay amor ahí.
Pues muy bien.
Más de lo mismo.

Termina el disco con “Only One For Me”, otro latigazo y sonidos elegantes con Auberbach sintiéndose bien amándose a sí mismo.
Atrás quedó la chica del valle, la reina del drama.
Soul bien construido pero que no atrapa.

Puntuación

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