• Por Antonio Méndez

the-killers-pressure-machine-albumCrítica

Evocación rural desde la ciudad de Las Vegas con Brandon Flowers recreando recuerdos de sus vivencias infantiles en el pueblo de Nephi, estado de Utah.

Los Killers con un sonido de base folk, que tanto se inspira en el heartland rock de Bruce Springsteen como en las narraciones de Johnny Cash.

La mayoría de las piezas se introducen con manifestaciones de lugareños (presuntamente) de Nephi.
Se abre el LP con la balada “West Hills”, historias de campo con arreglos orquestales. Es como llevar a los Waterboys o a U2 al Oeste norteamericano.
A destacar su estribillo, otorgando una emocionalidad casi de cántico religioso.




the-killers-pressure-machina-review-critica“Quiet Town” crea estampas de aldea tranquila con gente solidaria, unida ante problemas comunes, ante tragedias.
Es un medio tiempo que cruza a Springsteen con… los Waterboys.

“Terrible Thing” es una balada folk desde la perspectiva de un joven homosexual valorando el suicidio.
Desnuda en su simpleza acústica.

Uno de los mejores cortes del álbum es otra tonada lenta, “Cody”, canción de destacada atmósfera, con espíritus, poderes elevados, un personaje inadaptado y una narrativa de entidad.
Los textos de todo el álbum son notables.
Los arreglos de esta pieza son meritorios, con cuerdas y viento, y se utilizan bien las armonías vocales. Suena también un solo con guitarreo eléctrico.

Más folk rock con “Sleepwalker”, corte con mandolina en medio tiempo que trata, con poética, la determinación en el propio destino con un mundo de temores… todo el mundo tiene miedo a algo… e inseguridades… no viene de fuera, viene de dentro.

Phoebe Bridges colabora vocalmente en “Runaway Horses”, historia de sueños, de cambios de rumbo, de lo que se espera de la vida y de lo que se obtiene.
Pasos firmes contra el viento fuerte.
De nuevo la dificultad en el devenir vital.
Es una balada country folk sensible, con piano y arreglos de cuerda.

Crisis de pareja en “In The Car Outside”… un hombre piensa, su mujer está mal en casa… tengo que aclararme.
En la intro suena un teclado a lo new wave 80s con un rítmico desarrollo de intenso clímax instrumental.
Canción típica de The Killers.

“In Another Life” es otro de los temas más destacados del disco con más descontento existencial.
¿Qué habría sido en otra vida? Cuestión de suerte y decisiones.
El riff del teclado es pegadizo, muy de pop nueva ola, y el tempo resulta dinámico con un buen trabajo melódico.

“Desperate Things” sustenta su valía en una narrativa madura sobre desesperación, enamoramiento… pero en conjunto, melodía, instrumentación, se hace pesada.



La pieza que titula el disco, “Pressure Machine”, es otro de los mejores momentos de este trabajo.
Transmite la rutina de una familia rural con un texto sobresaliente en un folk rock que vuelve a fusionar a los Waterboys con Bruce Springsteen, y con Flowers empleando el falsete en un extraordinario estribillo.

Termina el disco con “The Getting By”, tempo lento con empleo del chelo y un folk elevado en el estribillo por las armonías vocales con el contexto de pueblo, su tranquilidad, sus problemas, su día a día.

Mirando a los nietos correr.
Se escucha el sonido del tren.
Alguien llega… Todos miran.