• Por Antonio Méndez

the sword warp riders album cover portada reviewCrítica

De la fantasía medieval a la ciencia-ficción con guiños a la mitología griega. Esta es la evolución temática de los texanos Sword con su tercer álbum, “Warp Riders”, un disco que, al igual que los dos previos, vuelve a mostrar su deuda con el hard rock, el acid rock, el thrash y el heavy metal de los 60 y 70 (hay huellas de Black Sabbath, Blue Cheer, Led Zeppelin, Budgie, Deep Purple, Nazareth, Hawkwind, Thin Lizzy, Uriah Heep, Motorhead…)

El álbum, que sigue los pasos de un heroico arquero, nos traslada a un escenario espacial con imaginerías oscuras en un mundo de escasa luz, encuentros con brujas (muy a lo Macbeth de William Shakespeare), y escenarios épicos con tenues fronteras entre la vida y la muerte.

El instrumental “Acheron/Unearthing The Orb” abre el disco con un corte thrash de sonidos distorsionados, furiosas guitarras con agresivos staccatos, reverb. Gran apertura.

Extrañas voces escucho en mi mente… Inhalo humos sagrados… En “Tres Brujas” los Sword parece inspirados por el citado “Macbeth” de William Shakespeare evocando la figura de brujas proféticas apuntando sobre destinos. La canción es un potente corte con bases stoner rock y trazos rítmicos funk rock.

Permanece atento con tus armas que la muerte acecha. Errante en el mundo negro sin luz. Ten cuidado con las tribus de la noche… El protagonista se pasea por el planeta alerta ante el acecho de cualquier peligro inesperado. Riffs afilados, intensos ritmos, sonidos fuzz y paisajes de oscuridad y viento. Heroica space rock inspirada en los grandes discos de los primeros Black Sabbath y en Hawkwind.

“The Chronomancer I: Hubris” es la canción más larga del álbum… Mi piel se ha convertido en una prisión en donde sufre mi alma. El viajero del tiempo busca a sus enemigos… Tremendos riffs a lo Tony Iommi con musculada sección rítmica de raíz funk-rock y blues-rock al estilo Led Zeppelin, raíces reiteradas en “Lawless Lands”, un excelente tema con trazos iniciales de marcha militar en la que se nos presenta al héroe en tierras sin ley… Solitario, ninguna mujer, ningún amigo.

foto del grupo rock the swordEl segundo instrumental del disco es “Astraea’s Dream”. Calmo comienzo con sonidos twang, preludio de ardientes, melódicas y frenéticas guitarras con martilleante percusión. Corto y magnífico tema.

“The Warp Riders”… No envejeces cuando vives fuera del tiempo. Mil años en un parpadeo. Los secretos de los agujeros negros sólo son conocidos por los antiguos… Space hard rock con excelente labor en la interacción guitarrera.

“Night City” es el tema en donde más cerca se muestran de Thin Lizzy con un pegadizo estribillo arena rock, mientas que “The Chronomancer II: Nemesis” exhibe su faceta acid rock con riffs iniciales cercanos a los de Screaming Trees antes de ubicarse en las pautas de Black Sabbath, esenciales para el hard rock y el heavy metal, y de Motorhead, nombre clave para el thrash metal.

El disco termina con un clímax épico de batalla, runas crípticas y renacimiento con referencia al Ave Fénix en “(The Night The Sky Cried) Tears Of Fire”, un estupendo corte final con reverb vocal y afiladas guitarras que toma de los sonidos hard rock espaciales de Hawkwind.

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