• Por Javier Platas

travis-everything-at-onceCrítica

Travis lo han vuelto a hacer.
Con “Everything At Once”, su octavo disco grande, la banda de Fran Healy ha vuelto a utilizar la misma y manida fórmula de trabajos anteriores gracias a la que han conseguido el éxito, convirtiéndose en uno de los nombres importantes dentro del panorama pop de los últimos tiempos.

Composiciones sencillas, no excesivamente largas, de estructuras simples y directas, en ocasiones teñidas de melancolía, asequibles para el gran público pero sin concesiones a la comercialidad más radioformulera y normalmente alejadas de cualquier tipo de presunción. Bonitas canciones en definitiva que consolidan todavía más a sus autores como notables artesanos de la música pop contemporánea.




El talento melódico de estos escoceses sigue intacto, como lo demuestra la belleza encontrada en este nuevo álbum en temas como el homónimo “Everything At Once”, escrito por el bajista Dougie Payne, “What Will Come”, “Magnificent Time” (co-escrito por Healy y Tim Rice-Oxley, componente del grupo Keane), “Animals” (composición de nuevo de Payne con sus cuerdas de fondo y su estribillo tremendamente fresco e instantáneo) o la hermosa “3 Miles High”.

Llama la atención la colaboración tanto en composición como en interpretación de la artista británica de raíces jamaicanas y liberianas Josephine Oniyama en el tema “Idlewild”, un medio tiempo de cetrina atmósfera que encuentra una de sus mejores virtudes en el contraste vocal entre el registro suave de Healy y el más áspero de Oniyama.
Disfrutable disco que a pesar de no resultar especialmente trascendente ni inventar nada nuevo gustará tanto a los seguidores del grupo como a los amantes del pop más accesible y delicado.