• Por Antonio Méndez

u2 no line on the horizonCrítica

Después de darse a conocer con interesantes discos producidos por Steve Lillywhite, los irlandeses U2 expandieron sus sonidos a mediados de los años 80 gracias a la presencia de Brian Eno y Daniel Lanois, en especial el primero, quien aportó mayores texturas a sus primeros temas post-punk con una mezcla de estilos de enfoque épico en el que tanto cabe el pop-rock como el dance-funk, el arena rock, el ambient o la psicodelia.

Este disco, producido principalmente por Eno y Lanois, también contó con la colaboración de Lillywhite. Procedamos a su escucha, y a otra, y a otra…

Se abre el disco con la canción que le da título, “No Line On the Horizon”. Es un medio tiempo con sonidos fuzz y ritmos de evocación oriental en el que comparan a una mujer vacilante con el movimiento de las mareas del mar. La presencia de tal mujer sirve a Bono para fabular también con el infinito y la trascendencia en una mezcla de sonidos pop-rock, dance-funk, ambient, guitarras post-punk y trazos psicodélicos en la que no faltan momentos de cansino amaneramiento vocal.

“Magnificent” es uno de los momentos más satisfactorios del disco. El texto es bastante sencillo en torno al poder curativo del amor como acción de la espiritualidad (tema referente en su carrera) pero está interpretado con estilo y emoción por Bono, y la música tiene estupendas variantes, iniciándose con un riff garagero-blues en una atmósfera espacial de sintetizadores ambient, que da paso a un prominente y melódico bajo funk y a la repicante guitarra de The Edge, quien incluso en el último tramo interpreta un solo con una slide guitar que trae a la memoria los discos de George Harrison en solitario.

“Unknown Caller” es un tema de nuevo con mezclas muy del gusto de Brian Eno, manteniendo un equilibrio que disimula la densidad de las mismas, con trazas ambient, lisérgicas, el gospel y jangle pop, un coro, trompetas épicas, solo guitarrero, órgano de iglesia…

u2 lineEl single “Get On Your Boots”, corte con distorsión y estribillo con armonías psicodélicas. No es nada del otro mundo pero por lo menos aviva el ritmo de forma directa sin tanta ambición como en otras partes del disco.

El riff del animado tema de base dance-funk “Stand Up Comedy” parece tomado de los Led Zeppelin, mientras que “White As Snow” es una melódica balada con imaginería natural y espiritual que adapta un himno cristiano del siglo XIX llamado “O Come O Come Emanuel”.

Otros cortes del álbum, que se eleva con las escuchas de la flojera que manifiesta en una primera audición, son “I’ll Go Crazy If I Don’t Go Crazy Tonight” un medio tiempo pop-rock bastante intrascendente con guitarras jangle; “Fez-Being Born”, pieza experimental ambient-lisérgica con manierismos y un concepto sonoro más de Eno que de U2; o la declamatoria “Breathe”, tema pop-rock con suficientes variantes melódicas como para no aburrir, o la atmósferica y reflexiva balada que alterna una expresión de crooner con el falsete en “Cedars of Lebanon”.

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