Crítica
Este álbum recopilatorio incluye los temas más conocidos de la banda de Manchester, Wayne Fontana & The Mindbenders, cuando todavía estaban juntos, de Fontana en solitario y de los Mindbenders con Eric Stewart a la cabeza.
Es decir, un recorrido bastante completo para conocer a este interesante combo de pop inglés 60’s que contó en sus filas con dos miembros futuros de los 10 C. C., el citado Stewart y, en su última etapa, Graham Gouldman, conocido compositor para triunfantes bandas de la Invasión Británica.
Poseían, como casi todos en la época, un óptimo enfoque melódico, apreciable en sus primeros grandes éxitos, “Um, um, um, um, um, um”, “Just a Little Bit Too Late”, “She Needs Love” o su número 1, “The Game Of Love”.
Esta etapa inicial estaba marcada por la contribución compositiva a la banda de Clint Ballard Jr., responsable de varias joyas pop de la época en el Reino Unido.
Cuando la banda se separó y con la colaboración de Graham Gouldman en ambas ramas, Wayne Fontana en solitario y los Mindbenders, ahora con Eric Stewart como vocalista líder, ambas bifurcaciones continuaron ofertando ejemplares piezas pop de contagiosos ritmos con influencia R&B y trazos de pop orquestal.
El excelente single “Pamela Pamela” fue el tema más logrado de Fontana en solitario, quien poco después de grabar su único LP en solitario (que originariamente no incluía el single citado) desapareció del mapa musical.
Los Mindbenders, impulsados por el talento compositivo de la pareja femenina Toni Wine y Carole Bayer Sager (esposa de Burt Bacharach), cosecharon buenos resultados con la melosa balada “We’l Talk About It Tomorrow”, “Can’t Live With You, Can’t Live Without You”, “Ashes To Ashes” y, sobre todo, “A Groovy Kind Of Love”.
En esta compilación de canciones (muchas de ellas producidas por Graham Gouldman y arregladas por John Paul Jones) que recoge el tema de Rod Argent “I Want Her She Wants Me”, posteriormente publicado en el “Odessey & Oracle” de los Zombies, o la estupenda “Schoolgirl”, escrita por Gouldman, se echan en falta maravillosas píldoras de animoso pop, como “The Morning After”, “Blessed Are The Lonely” o “The Impossible Years”.