Crítica
En los años 90, el grupo Yo La Tengo grabó discos de trascendencia, como “I Can Hear The Beating As One” o “Painful”, trabajos melódicos y atmosféricos con sonidos noise pop, psicodélicos…
Cuando ya no se esperaban nuevos LPs a la altura de aquella etapa, los de Nueva Jersey sorprenden en el 2023 con este fenomenal álbum llamado “This Stupid World”, producido por el propio trío: Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNew.
Se abre con “Sinatra Drive Breakdown”.
Es un corte de más de siete minutos de sonido sucio con efectos psicodélicos, guitarras rotas, ebrias, ritmo monótono con el bajo penetrante de McNew, gaviotas a lo “Tomorrow Never Knows” de los Beatles, atmósfera de paranoia surreal…
Veo un silencio blanco, brazos agitados.
Tus ojos, tu amor, hasta que rompamos.
Esta jam noise es como aunar a Neil Young con Sonic Youth queriendo grabar krautrock.
“Fallout”.
Es un tema típico del grupo que también podrían grabar los Dinosaur Jr.
Distorsión melódica con la intensidad ruidista contrastada con la voz tranquila de Kaplan, no faltando juegos vocales.
Influencia del psicogaraje 60s y del power pop con propósitos de relax… no quiero encenderme a ver si se va a poner mal la cosa.
En “Tonight’s Episode” canta el bajista James McNew.
Es un corte de texto surreal, con vacas dispuestas al ordeño, guacamole por doquier y teléfonos varios.
Comienza tranquilita, con una guitarra acústica, preludio de un desarrollo con tempo repetitivo en el que tanto caben ecos del krautrock como del post-punk o de la lisergia.
Estupenda atmósfera.
Georgia Hubley canta “Aselestine”, una canción sobre búsqueda, espera… la televisión está encendida y veo tu cara.
Estoy esperando, ¿dónde estás?
Hermosa melodía country-folk con slide, cuerno francés y Georgia en modo Nico de la Velvet Underground.
Curiosos arreglos los de “Until It Happens”.
Ritmo obsesivo, referencias a la muerte (prepárate mientras haya tiempo) con un órgano dominando la instrumentación, sonidos al revés, base acústica y un ritmo latino con percusión, conjuntado todo en una especie de folk pop lisérgico que podrían grabar los Belle & Sebastian humedecidos en ácido.
“Apology Letters”.
Esta es una canción con Ira pidiendo disculpas… estaba equivocado, lo supe de inmediato pero me hice el tonto…
Es un soft rock melódico, directo, sin florituras, atmosférico, con burbujeante fondo y fluido guitarreo.
Efectos psicodélicos en la intro de “Brain Capers”, un prólogo a un noise pop con citas a Alice Cooper (al “Long Way To Go” del “Love It To Deah”) y a Ray Davies (con el “A Long Way From Home” de los Kinks en “Lola versus…”)
Se recrudecen las guitarras eléctricas en un ritmo rápido con el mismo afán envolvente de muchas otras piezas del álbum.
Las dos últimas canciones del disco duran más de 7 minutos, pero son muy diferentes.
En el corte que titula el álbum, “This Stupid World”, Ira Kaplan afirma que este mundo estúpido le está matando.
Lógico.
El sonido es distorsión a tope, muro flamígero, con pandereta y un tempo monótono en plan mantra.
Como si los Byrds del “The Notorious Byrd Brothers” grabasen folk noise ácido.
“Miles Away” es distinta.
Una delicia dream pop con sintetizadores que destaca por la gran interpretación vocal de Georgia Hubley, delicada, con clase y consejos de serenidad… tranquiliza tu momento, espera tu ocasión.
Todo llega. Y si no llega, no pasa nada.