• Por Antonio Méndez

Crítica

Los Fleet Foxes son un grupo de Seattle cuya escritura es deudora del pop barroco y vocal, el folk-pop y el folk-rock de finales de los 60 y comienzos de los 70. En sus composiciones tanto hay recuerdos a los Beach Boys como a Crosby, Stills y Nash, Association o Cat Stevens.

Con ambientes bucólicos llenos de imaginería natural, sus melodías son tan plácidas como bellas, empleando con talento las armonías vocales típicas de la California del período citado con anterioridad.

El sosiego acústico es preponderante en todo su disco debut, con portada tomada del cuadro “Los Proverbios Flamencos” de Pieter Brueghel El Viejo y evocación de viñetas campestres en diversos ambientes estacionales.

La apertura, “Sun It Rises”, se inicia con un cántico a cappela con armonías vocales que nos habla de paseos de ardillas rojas en amaneceres soleados. La pieza vocal folk-pop con trazos psicodélicos prosigue con guitarras acústicas, percusiones minimalistas y fenomenales juegos vocales a lo Crosby, Stills y Nash. Todo muy pastoril exaltado instrumentalmente en su última parte con un solo de guitarra eléctrica.

Si la canción previa era un cántico estival, “White Winter Hymnal” es una estampa invernal folk-pop, con lugares montañosos y personajes luciendo pañoletas para evitar la caída de la nieve en sus cabezas. De nuevo no faltan la mínima pero vigorosa percusión, el buen trato melódico y los juegos vocales, aquí tan C, S & N como Beach Boys.

“Ragged Wood” nos conduce ahora a un panorama primaveral con gorriones y gaviotas adornando la atmósfera. El ritmo es más dinámico que en las piezas previas con repique de guitarras acústicas, armonías vocales y una variante eléctrico-lisérgica con uso del órgano a mitad del corte.

Dos de las canciones más hermosas del disco son “Tiger Mountain Peasant Song”, tema de bella lírica natural con ecos melódicos del “How Can I Tell You” de Cat Stevens y protagonismo de un campesino; y, sobre todo, la primorosa “He Doesn’t Know Why”, una gran canción que incluso soporta comparación con las mayores lumbreras melódicas de los años 60, hecho que ya dice mucho sobre la composición.

Otras piezas del álbum son “Quiet Houses”, jangle pop de tono radiante con mínimo texto que remacha la placidez manifestada en todo el disco; la instrumental abarrocada “Heard Them Stirring”; o la fenomenal “Your Protector”, medio tiempo con uso del mellotron.

El tramo final es escuchable pero sin sorpresas, sólo recarga su oferta de tranquilo y melódico folk-pop acústico con influencia de la California de los 60, en especial los requetemencionados Crosby, Stills & Nash y Beach Boys.

Puntuación

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