• Por Javier Platas

keith richards crosseyed heart albumNada más y nada menos que 23 años han tenido que pasar para que el legendario Keith Richards vuelva a obsequiarnos con un nuevo trabajo al margen de los Rolling Stones tras los aceptables “Talk Is Cheap” (1988) y “Main Offender” (1992). Es por tanto lógica la expectación generada entre los buenos aficionados al rock y más concretamente entre los seguidores de los Stones al conocerse la noticia de su regreso, aunque luego al escuchar el disco te das cuenta de que a estas alturas y ya con 71 años no se podía esperar que nuestro protagonista lanzase un disco que pudiera competir con su mejor legado en los Stones al lado de Mick Jagger.

De nuevo vuelve a escoger como mano derecha a Steve Jordan, quien colabora estrechamente junto a Keith en tareas de producción y composición. Además de Jordan también figuran en los créditos otros componentes de los X-pensive Winos (la banda que acompaña a Richards en sus aventuras en solitario) como Waddy Wachtel o Ivan Neville.

keith-richards-foto“Crosseyed Heart” se inicia con una corta pieza de homónimo título que no pega demasiado con el resto del disco y en la que Keith tan sólo armado con su voz y su guitarra acústica y a modo de homenaje interpreta un puro y genuino blues que parece sacado del catálogo de su admirado Robert Johnson.

Tras esta pequeña introducción se abre paso “Heartstopper”, un tema de ritmo consistente y acelerado con riff típicamente stoniano y un teclado juguetón al final.

“Amnesia” posee un buen trabajo de guitarras de sabor blues con sutiles arreglos de viento y una lograda atmósfera de misterio.

Uno de los puntos álgidos llega con “Robbed Blind”, bonita balada de piano y aroma country con uso del pedal steel en la que Richards modula muy bien su voz ronca adoptando un registro vocal grave cargado de emotividad.

“Trouble” fue el single de presentación del disco. Buen riff marca de la casa para este tema un tanto repetitivo melódicamente y en el que Keith vuelve a exhibir su magistral sentido del ritmo. No desentonaría en ninguno de los últimos álbumes de estudio de los Rolling Stones.

La primera composición no propia llega con “Love Overdue”, una pieza de base rítmica reggae que pertenece en su versión original al artista jamaicano Gregory Isaacs. Es conocida la afinidad de Keith Richards por los sonidos reggae desde que los Stones grabaran en Jamaica su infravalorado y magnífico álbum “Goats Head Soup” (1973).

“Nothing On Me” podría formar parte perfectamente de su segundo disco “Main Offender” (1992). Se echan en falta más variantes melódicas en este medio tiempo monótono y lineal.

Sin duda “Suspicious” es el mejor tema de “Crosseyed Heart”. Realmente toca la fibra en esta melancólica composición de notable melodía y gran sensibilidad en la que nuevamente su voz ronca en tono grave pone la piel de gallina.

keith-richards-i-love-the-beatles“Blues In The Morning” es un blues-rock clásico, bailable y jaranero con influencias de Chuck Berry. Melodía y arreglos mil veces escuchados con anterioridad en este tema de relleno para menear el esqueleto.

Unos agradables coros femeninos toman protagonismo en “Something For Nothing”, destacado tema con estimulante combinación de riffs en los que Richards parece autoplagiarse constantemente.

La colaboración más llamativa del disco se produce en “Illusion”, tediosa canción con base de piano co-escrita junto a Norah Jones con quien comparte también la voz principal.

“Just a Gift” es otra de esas baladas intrascendentes altamente recomendables para el insomnio y que parecen tan del agrado de Keith en los últimos tiempos. En esta podemos escuchar el fiddle de Larry Campbell y la viola de Paul Nowinski.

El segundo y último tema ajeno es “Good night Irene”, adaptación de un viejo standard americano que fue grabado por primera vez por el bluesman Leadbelly en los años 30. Keith rinde tributo a los maestros pioneros de la música de raíces en esta pieza country-folk con dejes gospel sobre todo en el estribillo.

Recuperamos la energía y de qué manera en “Substantial Damage”, magnífica interacción guitarrera para este potente corte con voz distorsionada y agresiva en donde llama la atención la slide guitar de Waddy Wachtel.

“Lover’s Plea” es otro tema lento e insustancial de esencia soul y escasa inspiración melódica que descansa sobre una base de instrumentos de viento y en donde podemos escuchar a Spooner Oldham interpretando un órgano Hammond.

Así se pone punto y final a un trabajo discreto en términos generales con aciertos puntuales destacados que a buen seguro dejará satisfechos a los incondicionales de este músico irrepetible, todo un icono en la historia del rock y uno de sus talentos más influyentes.

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