• Por Antonio Méndez

kula shaker strangefolk

Kula Shaker, la banda de Crispian Mills, fue uno de los nombres importantes del pop británico de los 90 con manifiesta raíz en los 60 y 70 (Oasis, Ocean Colour Scene, Supergrass, Blur, Verve, Pulp…), y uno de los más significados por su adhesión a sonoridades psicodélicas, tomando como referencia en su escritura tanto a la lisergia 60’s como a las bandas del fenómeno Madchester, tipo The Charlatans o Stone Roses.

Resucitados en el año 2004 tras su ruptura a finales de la década de los 90 después del legado de dos escuchables discos, los Kula Shaker vuelven a la actualidad en el año 2007 con “Strangefolk”, un disco de medianos resultados que retiene su base psicodélica sin perder miramientos a otros ropajes sónicos.

El álbum se abre con “Out on the Highway”, un pujante tema pop-rock que les emparenta más con el tono épico-FM de U2 (o una imposible mezcla entre Bon Jovi con The Edge a la guitarra y Procol Harum) que con la psicodelia a pesar de tanto cielo púrpura, ojos con estrellas y lunas marrones.




“Second Sight” les muestra lisérgicos, con sonoridad intro de iglesia, armonías vocales a lo Crosby, Stills & Nash, ramalazos glam, y una guitarra distorsionada que acera una pieza de interesantes variantes, con una coda que emparenta al conjunto con el prog-rock 70’s.

kula shaker strangefolkLos dos siguientes cortes son cortes de asiento político enfocado con diferente tono. Grave en la diatriba antibélica de la balada “Die for Love”, con dejes lennonianos y algún arreglo de cuerda, y simpaticones apuntándose al carro de reproche bushiano con “Great Dictator (of The Free World)”, un divertido y dinámico tema con trazos bubblegum a lo Archies o Monkees, órgano Hammond y coros en falsete.

Con la narración tipo cuento del interludio “Strangefolk” dejan manifiesto su máxima adhesión a la psicodelia en su apariencia más folkie, antes de expandir sus ascendencias ácidas-hindú con “Song of Love/Narayana”, una canción que copula la lisergia bailable de los Stone Roses con el funk de Sly Stone.




“Shadowland”, balada con piano, y la tonada folk “Hurricane Season”, vuelven a exhibir su lado más Lennon, la última con mayor pronunciación dylaniana.

“Ol’ Jack Tar”, pieza plácidamente ensoñadora que debe tanto a la psicodelia beatleiana como al dream-pop de la factoría Boettcher, “6ft Down Blues”, corte blues-psico-rock que no quedaría mal en un disco de temas desechados de Led Zeppelin, “Dr. Kitt”, lisergia refinada con órgano, arpa, flauta y un iterativo e hipnótico tempo dominado por un corpulento bajo, y la garajera-bubbleguum “Super CB Operator”, son otras de las canciones de este disco que contiene una gema pop llamada “Fool That I Am”, una canción de una delicadeza sublime en clave melancólica que bien podrían interpretar los mismísimos Zombies, o su derivación, Argent, en su muy plausible disco debut.