Crítica
Dos años después de “I Ain’t Marching Anymore” (1965), el cantautor Phil Ochs dejó Elektra y publicó en A&M Records “Pleasures Of The Harbor”.
Es un disco producido por Larry Marks con arreglos de Ian Freebairn-Smith y Joseph Byrd.
Lincoln Mayorga colaboró como pianista.
El lirismo de Ochs brilla en “Cross My Heart”, un buen tema lento con guitarra acústica… espero vivir, el sueño se convierte en pesadilla, voy a dar todo lo que tengo que dar…
“Flower Lady” es una canción versionada por Peter & Gordon que retrata a una florista que nadie parece ver a pesar del bullicio del contexto.
Sensibilidad melódica para este poético tema folk con tono de desilusión colectiva.
“Outside Of A Small Circle Of Friends”… mira por la ventana, hay una mujer agarrada, la arrastran hacia unos arbustos y la apuñalan…
Historia criminal en un ghetto con ratas durmiendo junto a niños. Drogas. Indolencia social…
Piano ragtime, toques music-hall, el alegre tono contrasta con el duro texto.
Gran tema.
“I’ve Had Her” es un poético pop barroco de ocho minutos… una mujer lleva un barco a la playa.
Rugido de olas. Acantilado. Sirenas. El aire nocturno invita a dar un paseo…
Bonita pieza.
En “Miranda”, Phil nos presenta a una bailarina de flamenco que admira a Rodolfo Valentino con trazos dixieland y alegre ritmo.
Las últimas tres canciones se expanden cada una en relatos sonoros de ocho minutos…
“The Party”.
Ochs crea un fascinante escenario de fiesta… se arrastraba por debajo de la alfombra, un maníaco sonriente escribe canciones, una condesa que nunca parpadea.
La canción que titula el LP, “Pleasures Of The Harbor”, es una balada orquestal delicada, bella, sensible.
Excelente tema de ambiente portuario, olas agitadas, estancias oscuras con velas apagadas.
Warren Zevon tocó aquí la guitarra.
El cierre se produce con “The Crucifixion”, canción con efectos disonantes y complejos arreglos sobre un texto que trata el heroísmo.
Ambiciosa pero triunfal pieza dentro de un álbum imprescindible.