• Por Antonio Méndez

steven-wilson-412-albumCrítica

Después del álbum conceptual “Hand. Cannot. Erase”, Steven Wilson publicó “4 ½”, un disco de seis canciones con piezas desechadas de trabajos previos, varias de ellas instrumentales, y una nueva versión del tema “Don’t Hate Me”, canción encontrada en el LP “Stupid Dream” de los Porcupine Tree.

Casi diez minutos dura “My Book Of Regrets”… lastimero viaje en taxi por Londres… tengo zumbidos en mi cabeza, es como ver la televisión sin sonido… no te vengas abajo, venga, que llega el mañana… desconsuelo con esperanza, la matraca de aflicción en la gran ciudad.
Mezcla el jazz prog rock a lo King Crimson con el ritmo funk y el emo pop-rock tipo Coldplay.
Mellotron, hammond, moog, piano eléctrico…
Nada excitante aquí.




steven-wilson-fotos“Year Of The Plague” es una balada instrumental escrita por Wilson en el período de “The Raven That Refused To Sing (And Other Stories)”.
No tiene mala atmósfera este bucólico ambient acústico con arpegios y arreglos de cuerdas.
Le faltan variantes.

“Happiness III” comienza como una canción folk rock a lo Crosby, Stills & Nash… algo en esta ciudad me vacía, acaba conmigo… mucha comida basura y/o gasolina…
Steven se cansa de matar el tiempo en el ordenador, también de los sonidos del tráfico.
Buen uso del piano, pegadizo estribillo.
Corte melódico del montón, de tópica queja urbanita, que podrían cantar hace años en la radiofórmula adolescente los Counting Crows o los Soul Asylum.




La textura de los teclados destaca en “Sunday Rain Sets In”, instrumental de inicio intrigante, cinematográfico, con desarrollos jazz AOR a lo Sting y alguna disonancia. Sonidos de flauta que le aportan cierto estilo lounge jazz.
Pasable.

El mejor corte de “4 ½” es “Vermillioncore”, instrumental con interesantes arreglos y estructura… jazz, hard rock, space rock, heavy, funk…
Sobresale el magnífico trabajo en la batería de Craig Blundell y en el bajo del propio Steven Wilson.

El disco se cierra con la citada revisión de “Don’t Hate Me”… no me odies por no ser tan especial como tú… Remache de abatimiento… cansancio, soledad… en el que el británico comparte voz con la cantante Ninet Tayeb.
Lo más interesante, además de su buena atmósfera y su melodía con trazos psicodélicos, es la parte instrumental jazz prog con la participación de Theo Travis en el saxo.




El trabajo es prescindible.
Los temas rara vez logran transmitir con eficacia su típica melancolía urbana en tono tristón, y las piezas reciclan estructuras previas convertidas en ocasiones en formulismos o en jams con variantes rock, prog rock, funk, ritmos sincopados, reverb…
Modo espera.

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