• Por Antonio Méndez

Crítica

Aunque no alcanza la majestuosidad de “Fun House”, la obra cumbre de los Stooges y uno de los mejores discos de rock de todos los tiempos, la abrasión y energía proto-punk “stoogeriana”, bien cebada por el consumo de drogas y la influencia de los Rolling Stones, los Sonics, Jimi Hendrix o los Doors, encontró una de sus máximas expresiones en “Raw Power”, disco importante, aunque un tanto sobrevalorado, que fue mezclado en sus orígenes por David Bowie.

Con James Williamson tomando el dominio en la vehemente guitarra líder a costa de Ron Asheton, quien golpea con rabia el bajo mientras que su hermano Scott machaca la batería y el gran Iggy Pop manifiesta su capacidad como frontman en la impetuosa expresión vocal, con un semblante nihilista, visceral, catártico, inconformista, perturbador… fotocopiado posteriormente en millones de ocasiones por bandas punk y garajeras sin demasiado talento ni, sobre todo, actitud rockera más allá del cálculo y/o la simulación.




“Search And Destroy” es un brutal comienzo de disco y la pieza una legendaria canción proto-punk compuesta, como todas, por la pareja formada por Iggy y Williamson. La angustia existencial con el trasfondo de la guerra de Vietnam se esgrime en la letra, con un Iggy apocalíptico clamando que es el niño olvidado por el mundo mientras que pasea por las calles con las manos llenas de napalm. Requisitoria de ayuda para que salven su alma en una gradación enloquecedora, con un sonido potente, caótico, ruidoso, mucho antes de que el punk se etiquetase como tal, vulcanizando las herencias de los Sonics y los Stones. Fuerza rítmica, suciedad sonora en la que no parece oirse más que unas guitarras enajenadas junto a un Iggy que se engañita con el transcurso de la pieza. Sin duda una de las mejores canciones del álbum.

El medio tiempo “Gimme Danger”, muy a lo Doors y con mayor inspiración melódica, se inicia de forma acústica para desbocarse posteriormente en un clímax eléctrico con una ardiente pira de sonidos guitarreros mixturado con unas iterativas notas de piano y la sensual voz de Iggy, que quiere sentir la perversión de un extraño, combinando la locura y la enfermedad en relaciones peligrosas al borde del masoquismo. También hay huellas de los Stones, pues en su faceta crooner Iggy parece mezclar la voz de Jim Morrison y la de Mick Jagger, especialmente cuando canta de manera más agreste.




La influencia de Jagger también es palpable en “Your Pretty Face Is Going To Hell”, exultante corte garajero con voz agresiva y amenazante en el que desea un amor pero solamente posee una cara bonita. Pieza trash, como de un Chuck Berry perverso y pervertido. Intensa pero un tanto extensa en su simpleza. Si durase dos minutos sería perfecta y más efectiva.

“Penetration” combina un riff guitarrero, un xilófono (¿o es un teclado?) y una voz orgásmica de nuevo a lo Jagger, excitada ante la penetración. Gran atmósfera y estupendo corte semiporno. Otro de los grandes momentos del disco.




“Raw Power”, la canción que da título al disco, es un simple y directo rock’n’roll, sónicamente desaliñado y embravecido, no quedaría nada mal en los primeros discos de los Ramones.

“I Need Someboty” es un medio tiempo blues que podría cantar el  Tom Waits, mientras que “Shake Appeal” es otra de las joyas del álbum. Fiero e instantáneo tema garage-rock de minimalismo lírico con un riff de guitarra impresionante y un Iggy exaltado vocalmente, exaltación que prosigue, incluso con mayor ímpetu, en “Death Trip”, otro catártico ejemplo, un tanto reiterativo en esta ocasión, de la influencia suprema de la música de los Stooges en los sonidos punk de finales de la década de los 70 y en el revival garagero-proto-punk de décadas posteriores. Recomendable disco.

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