• Por Antonio Méndez

tool-fear-inoculum-albumCrítica

Tool es uno de los grandes nombres del rock progresivo contemporáneo, una banda que lleva a sus complejas composiciones prog-rock elementos psicodélicos, ambient, funk, metal… con tanta huella de King Crimson como de Jane’s Addiction, Black Sabbath o Pink Floyd.

“Fear Inoculum”, su quinto álbum en estudio, era uno de los discos rock más esperados del año 2019.
Vamos a escucharlo…




Se abre con la pieza homónima, “Fear Inoculum”, canción extensa, como casi todas las del álbum y, como casi todas, con un sentido épico, hipnótico, envolvente, de poética oscura.
Muy atmosférica.
Intro en tempo lento con sonido de cello, percusión tribal oriental, voz frágil, teatral… invocación, hechizos.
Estamos ante un misterio de liberación, un protagonismo de ritual.
Sintamos la luz.
El exorcismo emocional de Maynard James Keenan alcanza la catarsis con su instrumentación ametralladora en contraste con su letárgico inicio y con las variantes que muestran la capacidad para crear estructuras de interés y el virtuosismo instrumental de la banda californiana.




tool-fear-inoculum-album-review-critica-discos“Pneuma” dura doce minutos.
De nuevo su comienzo es lento con riffs de base blues hard rock, tipo Black Sabbath, acompañado por la constante percusión tribal.
Los espíritus pegados a la carne quieren despojarse de esa carne.
El cuerpo no es más que una máscara, sueño, disfraz.
Nacer de un aliento. Irse al más allá.
Temazo en sombrío desarrollo psicoprogresivo, shock rock, con tramos largos instrumentales que hacen lucir tanto el bajo de Justin Chancellor como la guitarra de Adam Jones.

Dos minutos dura el interludio instrumental “Litanie Contra La Peur”, con lo que parece un talk vox.
Letanía contra el miedo, evocativa, atmosférica.

“Invincible” es otro corte de entidad con casi trece minutos de duración.
Anhelo de victorias, luchas de guerreros, héroes que se golpean el pecho.
Suenan tambores, el tiempo transcurre entre miedos, derrotas, victorias.
La canción, con citas a Calígula y a Ponce de León, crea escenarios de guerra, de valentía, bramidos, batallas, pérdidas.
Primeros pasos de folk progresivo, la lisergia y toques funk con un ritmo que, en una segunda parte más instrumental, acentúa su épica con trallazos cabalgantes que emulan a guerreros en sus caballos.
Gran canción, con una fenomenal interpretación vocal de Keenan, que podría componer Steven Wilson para los Porcupine Tree.




“Legion Inoculant”, tres minutos de space rock con susurros espectrales, extraterrestres…
Logra un notorio efecto ambiental.

El LP retoma las piezas largas con “Descending”, fenomenal canción progresiva con trazos acid folk.
Intensa, atmosférica, de brillante sinergia instrumental.
Caída libre, ¿sueño? Apocalipsis.
El flotar no es el infinito.
Maynard críptico sobre un mundo a la deriva, apático, campanas, mareas…
El avión asciende y… cae.




tool-fear-inoculum-discografia-critica-2019Inestabilidad mental, psicopatía… en “Culling Voices”.
No te atrevas a señalarme eso.
Engaño.
Keenan como crooner abatido en un escenario insano, terror…
El desarrollo en metal progresivo mengua su interés al ser demasiado rutinario, repetitivo.

La canción más distinta del álbum es “Chocolate Chip Trip”.
Tono paranoico en modo electrónica industrial.
Entre Kraftwerk, los primeros Depeche Mode y Nine Inch Nails.
A destacar el trabajo de batería de Danny Carey.

Fin de disco con “7empest”.
Tempestades y número mágico.
Dieciséis minutos de metal prog-rock que, en vez de hacer disfrutar con sus variantes, se convierte en una jam reiterativa.
Una pena.
Cálmate.
Vale… bien.

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