• Por Antonio Méndez

why-maquina-critica-reviewCrítica

Si hay un disco importante dentro del rock progresivo en España ese es “Why?”, un álbum del grupo barcelonés Máquina! que se publicó en el año 1970 en el sello Diabolo.

Aunque suenan cuatro cortes, el álbum se compone realmente de tres, ya que “Why”, la extensa pieza que titula el LP, se dividió en dos partes para cuadrar en las caras del vinilo original.

Las dos partes juntas duran más o menos 25 minutos.

Después de grabar algunos singles de influencia psicodélica y garajera (no incluidos en el disco grande), los Máquina! publicaron este álbum de mérito que mezcla elementos jazz rock, prog-rock, blues y psicodélicos.




El disco, con portada con un reloj incrustado en un croissant (se iba a llamar en principio “Croissant Con Mostaza”), se abre con “I Believe”, un instrumental escrito por el guitarrista J.M. Paris “El Sueco”.

Es un corte lento de tono melancólico.
Tiene base jazz blues rock con el piano de Enric Herrera, el bajo de Luigi Cabanach y la batería de Tapi Vilaseca, fondo para los lamentos de la guitarra solista de Paris con aportaciones atmosféricas del órgano.

maquina-why-critica-reviewLa extensísima “Why”, escrita por todo el grupo, es el epicentro del disco.

Se divide en dos partes aunque, como se dijo, es realmente una sola pieza jam psicoprogresiva y jazz rock.

La primera parte introduce texto y dura casi 12 minutos, con Jordi Batiste cantando sobre un hombre amnésico, confuso con su extraño entorno, con huecos en su vestimenta, ¿dónde está? ¿quién es él?

Onirismo.
Surrealismo.

Instrumentalmente es una jam que se inicia en plan folk blues a lo Jefferson Airplane con desarrollo entre los The Soft Machine, Blood, Sweat & Tears, el funk, Jimi Hendrix, el blues ácido y las bandas krautrock.



Los músicos destacan por el virtuosismo y los arreglos lisérgicos, con lucimiento tanto para el órgano como para la guitarra wah wah (tocada por Luigi Cabanach) o el fuzz (Paris), el dinámico bajo del cantante Batiste o el solo del batería Vilaseca.

La segunda parte, ligada a la primera en el primer corte de la cara B del vinilo es instrumental y conecta con el solo de Vilaseca.

Casi 13 minutos con una fenomenal sinergia experimental con wah wah, fuzz, punteos blues, space rock a lo Hawkwind, efectos lisérgicos, abrasión, arreglos envolventes…

J. Batiste escribe el corto tema final del LP original (hay ediciones con temas añadidos), “Let Me Be Born”, una psicodelia de 3 minutos iniciada con una línea soul-funk de bajo y efectos vocales.
Canta, toca ese bajo Batiste e incluso hace sonar una flauta.


La gente se agolpa en conservaciones ininteligibles.
El escenario es intrigante, lluvioso, de nuevo confuso, con una situación extraña.
Más que promesas, más que vibración. Una espera en tu mente.

Pura y melódica psicodelia al estilo británico 60s, pensemos tanto en los Pink Floyd de Syd Barrett como de los Beatles de la época “Magical Mystery Tour” u otras bandas menos conocidas, estilo Tomorrow o Blossom Toes.

Un disco imprescindible del rock español, por su contenido y su significación en y más allá del período.

Puntuación

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