Dirección: Jim Sharman.
Intérpretes: Tim Curry, Susan Sarandon, Richard O’Brien, Barry Bostwick.
Con guión de Jim Sharman (“Shock Treatment”).
Sinopsis
En una noche lluviosa, y tras sufrir un pinchazo en su automóvil, una feliz pareja de novios a punto de casarse, Janet Weiss (Susan Sarandon) y Brad Majors (Barry Bostwick), terminan pasando la noche en un apartado caserón regentado por el extraño Dr. Frank N. Furter (Tim Curry), un científico alienígena que está intentado crear al hombre perfecto.
Crítica
Uno de los títulos de culto más significativos de todos los tiempos.
Tras ser proyectado de tapadillo en sesiones golfas de fin de semana en los Estados Unidos, terminó alcanzando una enorme popularidad entre un numeroso sector de acérrimos seguidores que devoraban la película una y otra vez, asistiendo a las sesiones caracterizados como los personajes del film, participando en sus escenas e interpretando a viva voz sus canciones, convirtiendo así al film en un fenómeno de idolatría kitsch.
“The Rocky Horror Picture Show” es un homenaje paródico de las películas clásicas de terror y de la ciencia-ficción de serie B de los años 50, que traslada el conocido personaje literario de Frankenstein al contexto glam, enfatizando su aspecto sexual, ambiguo, ácrata y provocador, con avidez exploitation y esencia camp, siendo una clara muestra de la definición dada por Susan Sontag.
Supone también un atisbo sardónico a los quebradizos valores de la sociedad más carca estadounidense, ilustrados en la ñoña y aseada pareja “wasp” de redichos prometidos, atrapados en la vorágine feísta y andrógina de sus excéntricos y subversivos anfitriones, liderados por un histriónico y fascinador Tim Curry en el papel estelar de “mad doctor” travestido, adalid de la sensualidad, el hedonismo disipado y el sentimiento libertario.
Lamentablemente, y al margen de su sorprendente mérito sociológico, el film escasea de valores reales cinematográficos, pues el trabajo de Jim Sherman carece de la originalidad e imaginación que el planteamiento requería y el guión es bastante frugal, huérfano de humor y terror en una achicada trama de exiguo desarrollo, que abunda en el dislate y en la sobreactuación como medio para la acentuación instigadora de su propiedad sexual y fantasía erótica.
En cuanto a la banda sonora, mezclada por Lou Adler (colaborador de Jan & Dean o The Mamas & The Papas) y anclada en las pautas musicales y temáticas del rock’n’roll y el glam, destaca por contener algunos sobresalientes cortes, como “The Time Warp”, “Sweet Transvestite”, “Hot Patootie-Bless My Soul” (interpretada por Meat Loaf) y, sobre todo, la maravillosa “Science Fiction/Double Feature”, brillante homenaje a nombres y títulos clásicos del género de ciencia-ficción como “Planeta Prohibido”, “El Hombre Invisible”, “King Kong” o “El Doctor X”.
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