• Por Antonio Méndez

the youngbloods 1967Crítica

No inventan nada, no revolucionan nada, pero crean o adaptan sensacionales canciones que mezclan diversas tradiciones sonoras de su país (con especial incidencia en el sonido de la Costa Oeste) para ofrecer un sugestivo pop y folk-rock californiano (aunque sean de Nueva York) de refinada factura, como “All Over The World”, “One Note Man”, “Foolin’ Around (The Waltz)” o la sublime balada “Tears Are Falling”, junto a vibrantes piezas de base R&B, entre ellas la excelente “Statesboro Blues”, versión de Blind Willie McTell, o “C. C. Rider”.

La elegante ejecución del clásico “Get Together” les llevó con justicia a ocupar puestos de privilegio en las listas de singles en los Estados Unidos.




Instrumentalmente destacan por la bella sonoridad guitarrera de Jerry Corbitt y Jesse Colin Young, por la utilización de los teclados de Lowell “Banana” Levinger, y por la desenvoltura en los ritmos.
Vocalmente, emplean las armonías de forma sutil y la emotividad expresada y capacidad de adaptación a diversos estilos de Young exhiben su gran capacidad como cantante.

Una delicia de disco producido por Felix Pappalardi que contó al bajo con la participación del líder de los Lovin’ Spoonful, John Sebastian.

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