Dirección: Norman Taurog.
Intérpretes: Elvis Presley, Joan Blackman, Angela Lansbury, Nancy Walters.
Con guión de Hal Kanter (“Martes De Carnaval”).
Sinopsis
Después de pasar un tiempo en el ejército, Chad Gates (Elvis Presley) vuelve a Hawai, en donde le espera su novia Maile Duval (Joan Blackman), trabajadora de turismo cuya relación con Chad no agrada a la madre de Chad, Sarah Lee (Angela Lansbury), aunque sí a su padre Fred (Roland Winters), que posee un negocio de piñas en la isla.
Crítica
Esta película, producida por Hal B. Wallis para la Paramount, es una de las más exitosas de la carrera cinematográfica de Elvis Presley, quien se lo pasa de lo lindo en las playas y lugares de asueto de Hawai rodeado de bellezas diversas, como Joan Blackman, su novia celosa cuando el rey del rock es contratado por un grupo de turistas bien proporcionadas; o Jenny Maxwell, rubia y díscola lolita que no ceja en el empeño de retozar sexualmente con un escurridizo Elvis.
En paralelo, y en búsqueda de independencia ante la sobreprotección familiar, Presley se las tiene tiesas con su madre, interpretada por Angela Lansbury en una caricatura de repelente esnob, un estereotipo sureño clasista, fatuo, al que se le buscan contrastes sencillos con enfoque de comedia.
Uno de los personajes más singulares de la historia es el interpretado por Howard McNear, quien aporta trazos de absurdo como director de la agencia de turismo en la que se coloca Elvis, quien canta tanto piezas de coyuntura geográfica, como “Aloha Oe”, “Rock-a-Hula Baby”, “Hawaiian Sunset” o “Hawaiian Wedding Song”, como la célebre balada “Can’t Help Falling In Love”.
Agradable, ligera cinta musical de previsible romance y ambiente exótico con momentos costumbristas.
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