• Por Antonio Méndez

can-delay-critica-albumCrítica

Can, nombre clave del krautrock que aunaba rock progresivo, free jazz, vanguardia, funk, psicodelia y, entre otros sonidos, garaje, se creó a finales de los años 60.

Este álbum, con grabaciones de 1968, tenía que haber sido su primer disco “oficial”, pero terminó siendo “Monster Movie” (1969).
A las casas de discos les pareció poco comercial… como si los otros lo fueran.

El LP debut de los de Colonia se iba a llamar “Prepared To Meet Thy Pnoom” pero al final fue desechado.
Se recuperó en una edición de 1981 por Spoon Records.

Entre amantes del jazz y alumnos de Karlheinz Stockhausen que se quedaron prendados de la psicodelia y del garaje del período se formó esta banda importante en la historia del rockestadounidense Malcolm Mooney, vocalista que le aportó intensidad, emoción, diversidad, a la música de Irmin Schmidt, Hogar Czukay, Michael Karoli y Jaki Liebezeit.




can-delay-critica-review“Delay” se abre con “Butterfly”, una pieza de más de ocho minutos que exhibe la capacidad para crear atmósferas del grupo alemán.
Paranoia, enajenación… Un psicótico Mooney contempla una mariposa moribunda, todavía puede volar.
Puedes escucharla en vuelo.
El ritmo es repetitivo, maníaco, con la percusión de Liebezeit obsesiva, lacerante.
El tono es oscuro, hay distorsión, toques industriales, garajeros, ácidos, jadeos, proto-shock rock, proto-Pixies.
La sinergia es intensa, la locura creciente.

Puede hastiar o fascinar.
Disfrutable con varias escuchas.

26 segundos dura el corto instrumental free jazz “Pnoom”, destacando el saxo de Liebezeit y el bajo de Czukay.



“Nineteen Century Man” es una canción que podrían cantar tanto los ? & The Mysteryans como James Brown en una psicodelia funk en medio tiempo.
Telaraña de guitarras, partes funk, y bailoteo.
El texto de Mooney, como siempre, es intrigante, extraño
No entiende por qué llaman a un paisano hombre del siglo XIX, si trabaja día y noche ¡¿??, no se lo puede explicar, una mujer piensa en ese hombre de camino a su casa, él se mueve en espacios interiores…

“Thief” es un temazo.
La canción, versionada mucho tiempo después por Radiohead, es letárgica, atmosférica, con envolvente riff de guitarra de Karoli y rica imaginería.
La voz es la de un hombre condenado.
¿Por qué dices que soy un ladrón?
¿Cuántos hombres perdieron y perderán la cabeza?
Extraordinarios arreglos para una fenomenal canción en tempo lento.




“Man Named Joe”.
Michael Mooney cuenta la historia de un hombre con cabeza como jabón.
El hombre, pobre, se sentó y esperó.
Surreal blues-boogie con toques jazz y funk, muy rítmico, garajero, con sólo de órgano de Irmin Schmidt.
La voz en falsete de Mooney distrae, aportando comicidad cabaretera.
Pensemos en Frank Zappa, Bonzo Dog Band.

“Uphill” dura más de seis minutos. Es una jam experimental prog-rock/funk/jazz rock.
El texto se centra en alguien que cambió su vestido de terciopelo. Nos vamos al cementerio. Después a la colina.
La cuestión es moverse.
La sección rítmica es abrumadora, con punteos de enervada guitarra garajera, excelente Mooney cantando
El tema, estupendo, tiene una intensidad fuera de lo común.

Termina “Delay” con “Little Star Of Bethlehem”, psicodelia funk jazz, un viaje lisérgico de siete minutos con influencia de Jimi Hendrix en un sonido que a algunos, en puntuales tramos, les sonará a Red Hot Chili Peppers.
Mooney, en modo proto-rap, nos presenta a Froggy y Toady, que comen semillas de mandarina y más tarde invitan a palomitas tras la cena.
Tienen una bañera con nenúfares en el cobertizo.
Surrealismo, originalidad… otra gran canción dentro de un disco que, menos mal, no quedó olvidado en los archivos.

Puntuación

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