• Por Antonio Méndez

scary monsters david bowie critica de disco album reviewCrítica

En “Scary Monsters” David Bowie propuso básicamente una síntesis de la parte más celebrada de su obra previa.

El sonido general, con base principal en la experimentación vanguardista berlinesa con Brian Eno y los retazos glam-rock, no se evadía del contexto post-punk británico de la época.

Contaba con el apoyo instrumental de las virtuosas guitarras de Robert Fripp (King Crimson) y Carlos Alomar (sin olvidar el gran trabajo rítmico del bajista George Murray y el batería Dennis Davis), seis cuerdas que dominan el complejo escenario instrumental de notable intensidad sonora, primaria teatralidad en la ejecución, y sombría lírica con lugar para el cinismo, el sarcasmo o la melancolía.

El álbum, básicamente un tratado de rock experimental con indumentaria “arty”, se inicia con “It’s No Game (no.1)”, enérgico medio tiempo en donde un vocinglero Bowie (recordando a los momentos más catárticos del John Lennon del “Plastic Ono Band”) está acompañado por una exaltada cantante japonesa llamada Michi Hirota.

bowie-ashesSe conexionan diferentes escenas significadas por el desaliento, el pesimismo, sentimientos expresados con una fiera actitud vocal y un incisivo ritmo puntuado por la atmosférica guitarra de Fripp.

“Up The Hill Backwards” retoma el medio tiempo ahora con tendencia más pop interpretando el productor Tony Visconti la guitarra acústica. El pegadizo tema culmina con una maullante textura guitarrera y un bajo con ritmo a lo Bo Diddley.

“Scary Monsters (and Super Creeps)” es una pieza que presenta la siempre interesante imaginería en los textos bowieanos y un estribillo contagioso, con una fenomenal guitarra de Fripp y una vigorosa labor en la sección rítmica conformada por un potente bajo de Murray y una martilleante batería de Davis.

“Ashes to Ashes” es la cumbre del álbum. Maravilloso tema con excelente labor melódica, perfectamente estructurado y arreglado. Su desarrollo de absorbente atmósfera taciturna plasma la evolución vital del Major Tom del “Space Oddity”, ahora convertido en junkie.

En “Fashion” Bowie crea una simpática sátira contra las modas a ritmo de funk y dance-pop con guitarras post-punk.Es un disfrutable tema que vuelve a poner de manifiesto la capacidad instrumental de los músicos que le acompañan en el disco y su magisterio en los grupos de la new wave y nuevos románticos.

“Teenage Wildlife” es como una exposición desabrida de su impronta estelar, de su imagen de icono, algo que el artista inglés no desea (“I’m not some piece of teenage wildlife…”), al igual que una observación al escenario musical del momento (“the same old thing in brand new drag”).

La canción, con reminiscencias de “Heroes”, está interpretada vocalmente en su faceta más crooner.

fashion david bowie single

“Scream Like a Baby” refleja de nuevo una lánguida perspectiva social construyendo un tema rock escuchable pero no demasiado destacado, al igual que la intrascendente versión de Tom Verlaine en “Kingdom Comes”.

La inconfundible guitarra de Pete Townshend en “Because You’re Young” es lo más sobresaliente de esta pieza, un tema de logrado estribillo con Bowie incidiendo en la desazón adolescente y rindiendo pleitesía a uno de sus ídolos: Scott Walker.

El reprise de “It’s No One”, ya sin japonesa de por medio y con un Bowie mucho más calmado que en la primera versión, pone punto y final a un importante trabajo en la discografía de Bowie, algo sobrevalorado pero claramente definidor de su capacidad como gran compositor de perpetua investigación sonora.

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