Dirección: Ed Bianchi.
Intérpretes: Lauren Bacall, Michael Biehn, James Garner, Maureen Stapleton.
Con guión de Priscilla Chapman y John Hartwell.
Sinopsis
Nueva York.
Un joven llamado Douglas Breen (Michael Biehn), que trabaja en una tienda de discos, está obsesionado con la veterana estrella de cine Sally Ross (Lauren Bacall), quien se encuentra preparando para el teatro una obra musical.
Douglas le escribe cartas de admiración que recibe su secretaria (Maureen Stapleton).
Disgustado por la falta de respuesta ante sus propuestas amorosas, Douglas decide hacer daño a las personas que rodean a la actriz.
Crítica
Película basada en una novela de Bob Randall que se centra en la obsesión enfermiza, psicopática, de un idólatra convertido en asesino en serie por el rechazo a sus querencias.
Michael Biehn es lo mejor de una película de suspense de ambiente neoyorquino que cuenta como co-protagonista a Lauren Bacall.
También destaca la música del italiano Pino Donaggio, con cuerdas, sintetizadores… que en ocasiones recuerda a las composiciones de Bernard Herrmann.
La historia no aburre, tiene momentos de tensión logrados, con fundidos bruscos, personajes diversos, algún diálogo de mérito… pero el guión acumula progresivamente huecos para acomodar el desarrollo pero que desbaratan la consistencia de la trama.
En un papel secundario, como director de teatro, aparece Dwight Schultz pre-Murdock en “El Equipo A”.
También, en un papel todavía más breve que el de Schultz, se puede ver a Griffin Dunne el mismo año que protagonizó “Un Hombre Lobo Americano En Londres” y antes de “Jo, ¡Qué Noche!”.
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