• Por Antonio Méndez

george-orwell-1984-novela-sinopsis-criticaCrítica

Una inquietante contemplación futurista al pensamiento totalitario y la opresión del poder confluyen en esta fabulación de George Orwell que se ambienta en el año 1984 y en una sociedad controlada por el Gran Hermano.

Un hombre llamado Winston Smith intentará rebelarse contra este control, manipulación y autoritarismo.

“1984”, publicada en el año 1949, es un clásico de la ciencia-ficción con enfoque de distopía.
La novela fue influenciada por el “Nosotros” del ruso Evgueni Zamiatin.

Absorbente en sus premisas y desarrollo, narrado desde un tono pesimista, no deja de ser profético visto lo visto en el aborregamiento social actual con la escasez de pensamiento intelectual y espíritu crítico, actitudes sectarias, extremistas y totalitarias con afán pueril de confrontación ideológica sobre bases simplistas.
Imprescindible.




Apuntes sobre su contexto político

En el año 1949 Gran Bretaña contaba con el laborista Clement Attlee como primer ministro. El rey era Jorge VI.
En ese año Gran Bretaña se convirtió en uno de los miembros fundadores de la OTAN.

Otros textos literarios aparecidos en 1949

Los Usurpadores, de Francisco Ayala
Hombres De Maíz, de Miguel Ángel Asturias
Libertad Bajo Palabra, de Octavio Paz
Historia De Una Escalera, de Antonio Buero Vallejo
El Gran Proyecto, de John Dos Passos
Fin De Un Amor, de Manuel Altolaguirre
Shunko, de Jorge W. Ábalos
Vivir Sin Estar Viviendo, de Luis Cernuda
El Sexo Débil Ha Hecho Gimnasia, de Enrique Jardiel Poncela
El Tren Llegó Puntual, de Heinrich Böll
The Incredible Planet, de John W. Campbell
El Hombre Que Calculaba, de Julio César de Mello e Souza
El Reino De Este Mundo, de Alejo Carpentier
El Segundo Sexo, de Simone de Beauvoir
El Gato De Muchas Colas, de Ellery Queen

Leamos un breve fragmento:

Era un día de abril frío y luminoso y los relojes daban las trece. Winston Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó rapidamente entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente rapidez como para evitar que una ráfaga polvorienta se colase con él.
El vestíbulo olía a legumbres cocidas y a esteras viejas. Al fondo, un cartel de colores, demasiado grande para hallarse en un interior, estaba pegado a la pared. Representaba un enorme rostro de más de un metro de anchuraa: la cara de un hombre de unos cuarenta y cinco años con un gran bigote negro y facciones hermosas y endurecidas…..
Era uno de esos dibujos hechos de tal manera que los ojos le siguen a uno adondequier que esté. EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían al pie las palabras……..