Dirección: Brian de Palma.
Intérpretes: Margot Kidder, Jennifer Salt, William Finley, Lisle Wilson.
Con guión de Brian de Palma (“El Fantasma Del Paraíso”) y Louisa Rose (“Flashing Lights”).
Sinopsis
Nueva York.
Danielle Bretton (Margot Kidder), modelo y aspirante a actriz, conoce en un programa de televisión a Phillip Woode (Lisle Wilson), ejecutivo de publicidad con quien pronto intima intentando eludir el acoso de su marido (Bill Finley), de quien se está divorciando.
Poco después, en el domicilio de Staten Island de Danielle, Phillip parece escucharle hablando con otra mujer.
Más tarde, Phillips le compra una tarta por su cumpleaños.
Su vuelta a casa estará llena de sorpresas.
Crítica
Unos años antes de convertirse en Lois Lane al lado de Christopher Reeve en las películas de “Supermán”, Margot Kidder protagonizó este thriller psicológico de Brian de Palma, un film de culto centrado en dos mellizas y las consecuencias del trauma de su separación.
En este período la influencia de Alfred Hitchcock en Brian de Palma era muy evidente, no en vano utilizó como compositor en este film a Bernard Herrmann, quien hace sonar violines, theremin… y la historia tiene huellas claras de “La Ventana Indiscreta” (la vecina es testigo por la ventana de un crimen) y de “Psicosis” (desequilibrio mental de la protagonista con alteración de la realidad y doble personalidad), sin olvidar posible influencia de la cinta de Roman Polanski, “Repulsión”.
El trabajo estético y narrativo de su autor es satisfactorio, con brillante uso de la pantalla partida (split-screen) en acciones paralelas, gran angular como énfasis de trastorno…
Sabe crear tensión y turbiedad en un asunto que progresivamente, con inclusiones alucinatorias y la aparición de Jennifer Salt como periodista metida a detective aficionada, incrementa su perturbación psicológica, añadiendo también rasgos de humor con la presencia de Charles Dunning.
Aunque posee interés y tiene valor atmosférico, sus personajes no poseen demasiada dimensión más allá de la bizarra situación; la sangre es cantosa tomatera; su tramo final, con tramos claustrofóbicos en blanco y negro tipo documental, es muy pretencioso; y la resolución (al margen del simpático final) no ofrece sorpresa en el destino de sus caracteres.
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