• Por Antonio Méndez

nirvana-nevermind-album-criticaCrítica

“Nevermind” es un disco imprescindible en la historia del rock y el epítome sonoro de Nirvana, trío liderado por Kurt Cobain que con la etiqueta grunge grabaron esta obra maestra que tanto toma del rock garajero o la psicodelia como del punk, del power pop, del noise pop o del hard rock.

Después de su debut con “Bleach”, Cobain creó este fascinante tratado rock, catarsis de minimalismo lírico y maximalismo emocional producida por Butch Vig.

Se inicia con su canción más popular, “Smells Like Teen Spirit”, sarcasmo sobre utopías adolescentes de revolución urbana, jóvenes de vida cómoda que buscan revoluciones… carga tu arma, apunta bien, un mulato, un mosquito, mi libido…

La estructura es la habitual en la escritura de Cobain con estrofas tranquilas dominadas por el bajo y la batería… limpia… y la explosión guitarrera del estribillo…. sucia… Siempre melódicos, con aportes de psicodelia en el puente y estallido hard rock garajero con ecos de los Pixies.

Vende a los chicos por comida. A él le gustan nuestras canciones además de disparar con pistolas. No tiene ni idea de lo que dicen pero las cantan como un energúmeno. Tierna edad en flor. Escapismo a través del rock.
“In Bloom” muestra que el melómano Kurt sabían crear atmósferas con esencias power pop y tono cáustico.



Un psicodélico riff burbujeante, acuoso, inicia “Come As You Are”, envolvente pieza sobre alienación, confusión, aceptación, personalidad. Fuera embotes y embites psicológicos. Buen tema con evidentes influencias de la canción “Eighties” de Killing Joke. No tengo un arma. Yo no tengo un arma. Ironía insistente sobre la vida y la muerte. Memoria.

Tengo miedo de fantasmas, no importa si soy viejo, no quiero pensar, me da todo igual… Angustia, miedo, hoy me enfrento a todo, mañana a nada.
La pegadiza “Breed” es urgencia, es paranoia punk-grunge con potente rock y sonido en distorsión.

Cobain está contento, ha encontrado a sus amigos, se siente feo pero eso está muy bien, porque tú también lo eres. Romperemos los espejos. Encontraremos a Dios.
“Lithium” es magnífica. Ahora triste, más tarde excitado. Te amo, te asesino. El tema, con las constantes de estructura citadas previamente, parece cantado desde la perspectiva de un enfermo metal, depresión, esquizofrenia. Desequilibrio. Nirvana aunaban espléndidamente fuerza, melodía pop, trascendencia emocional.

En “Polly” Kurt recreó un suceso real con un malnacido que violó y torturó a una adolescente.
El melódico corte es una balada y una de sus propuestas más acústicas.

nirvana-kurt-cobain-criticaEl bajista Chris Novoselic introduce “Territorial Pissings” rememorando el “Get Together” de la banda 60’s The Youngbloods antes de que entre Kurt y detone con un estrepitoso rock sobre alienación, el sentimiento de un alien, de un inadaptado en la masa, el buscar caminos, un camino, un mejor camino fuera de la maldita ideologización de todo, de absolutamente todo.
Rabia garajera pop punk.

En las dos siguientes canciones Cobain se acuerda de su exnovia Tobi Vail, miembro de las Bikini Kill con la que parece ser que mantuvo una problemática relación… quiero masticar tu carne, hacia adelante, hacia atrás, en besos apasionados, drenarte…
“Drain You” es un enloquecimiento… agua amarilla… romántico… me convierto en tu pupila… cursi no soy… con tramos de enfermiza intensidad rock próximos a unos ácidos Black Sabbath proto-stoner rock.


“Lounge Act”, con influencias declaradas en el bajo de los holandeses Shocking Blue (grupo 60’s al que versionó Nirvana en “Love Buzz”), es un power pop que remacha la pugna, el frenesí amoroso-sexual con Tobi Vail.

Prefiero estar muerto que ir de guay por la vida, de “cool”… Lógico, Kurt…
“Stay Away” es un corte directo, potente, cantado con colérica empatía. Estate lejos, ni te acerques.

Tras la furia llega la calma con “On A Plain”, canción con flujo de conciencia en texto sinsentido… bloqueo creativo, drogas… Nada… Escuchable melodía power pop a lo Posies.

El final, al margen del tema oculto “Endless, Nameless”, es “Something In The Way”, balada acústica, tan hermosa como sombría, con arreglos de cuerda (cello de Kirk Canning) en la que Kurt Cobain rememora tiempos de existencia bajo un puente, junto a animales domésticos, hierba como alimento, goteras. Está muy bien comer pescado porque no tiene sentimientos.
Magistral.

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