• Por Antonio Méndez

ozzy-osbourne-patient-number9-albumCrítica

Ozzy Osbourne bien rodeado de amigos (Tony Iommi, Jeff Beck, Robert Trujillo, Eric Clapton, Chad Smith, Zakk Wylde, Andrew Watt, Mike McCready…) para grabar “Patient Number 9”, un disco con internos de manicomio, emociones de desamparo, visiones negativas de una sociedad caótica, un mundo peligroso y en decadencia.

Risas psicóticas a lo Joker, requerimientos plañideros de madre en un lugar pintado de blanco.

Quiero volver a casa.
Escupo pastillas recetadas por “mad doctors”.

En la pieza que titula el álbum, “Patient Number 9”, Ozzy cuenta con Jeff Beck en la guitarra solista para recrear el desaliento de un (presunto) enfermo mental al que han confinado en un psiquiátrico.

Cuando digan tu nombre, mejor corre y escóndete.
Te dicen que estás loco.
No creas sus mentiras.

Alegoría de control de un poder despótico.

Más de siete minutos de mezcla metal/blues shock rock con cambios de ritmo dominados por el medio tiempo, solos de Beck en intensa interacción rítmica con Zakk Wylde (Black Label Society) y el productor Andrew Watt, bajo de Robert Trujillo (Metallica), batería de Chad Smith (Red Hot Chili Peppers), un estupendo estribillo y un outro con la inclusión de una acústica asociada a punteos blues eléctricos.




ozzy-osbourne-patient-numer9-review-criticaMike McCready, miembro de Pearl Jam, es el guitarra líder de “Immortal”.

Riffs hard rock/metal directos, contundentes, con potentes guitarras dobladas, Duff McKagan (Guns N’ Roses) en el bajo y un Ozzy afirmando que es inmortal, que puede volar mientras la gente duerme.

Ansias de vida eterna.
Me puedes enterrar bien profundo que da igual.
Soy inmortal.

El recientemente fallecido Taylor Hawkins (batería de los Foo Fighters) tocó en la grabación de “Parasite”.

Es una canción de texto curioso.
Gusanos y familia… Nunca tuvo amor Ozzy, eso afirma.

¿por qué me persiguen todos como un parásito?

Es una de las mejores melodías del LP, con riffs pegadizos en una pieza intensa, muy rítmica, con Wylde brillando en la ardiente guitarra.



Su excompañero de Black Sabbath, Tony Iommi, se ocupa de la guitarra solista de “No Escape From Now”, casi siete minutos con intro con voz distorsionada.

Ozzy remacha uno de sus temas preferidos: el individuo sometido en una sociedad confusa, sometido al poder.

Estoy en una jaula, no puedo seguir.
Nada sale bien.

Es un estupendo psicoprog metal que significa la ascendencia de Black Sabbath en el stoner rock.


Eric Clapton colaboró con Ozzy en este disco aportando su guitarra en “One Of Those Days”.

Es un corte más limpio que otras piezas del álbum.

Punteos blues con rock en medio tiempo tras una intro lenta, pegadizo estribillo y órgano de James Poyser.

Seguimos con el caos, con la pérdida de control.

Ozzy afirma que con este horror de mundo imposible creer en nada… “es uno de esos días en el que no creo en Jesús”…

Las partes de guitarra de Clapton fueron producidas por Simon Climie, conocido en los años 80 por su éxito pop “Love Changes Everything” con Climie Fisher.

Vuelve Jeff Beck en “A Thousand Shades”, más pesimismo.

Miro al cielo pero el sol nunca brilla.

Es una balada con piano Beatles en modo John Lennon, solo con punteos blues y arreglos orquestales de David Campbell, el padre de Beck (pero el Beck Hansen, no Jeff Beck).

Destacada melodía que alcanza épica en el uso de la repetición en el outro.




“Mr. Darkness”.
Esta es una canción comenzada como balada centrada en la decepción por la no correspondencia de afecto que progresa con variantes de tempo.

La pieza, de nuevo con Taylor Hawkins en la batería y con buena sinergia guitarrera de Mike Watt y Zakk Wylde, se endurece de forma progresiva alternando ritmos en modo prog-rock, con Wylde destacando en la guitarra en el tramo final.

Señor oscuridad, le escribo de nuevo.
Estoy solo.
Te di mi corazón pero tú nada.

Ozzy, con más de 70 años de edad, suena fresco, intenso.




Chris Chaney, de los Jane’s Addiction, colabora en el bajo de “Nothing Feels Wright”, más de lo mismo.

Nada va bien, aquí retomando la enfermedad, el desconcierto mental…

Es una canción melódica, con fluido guitarrero en atmosféricos arpegios, coro aaa de Watt y de nuevo, un sobresaliente Zakk Wylde en la guitarra, lo mejor del tema, quien también toca el órgano.

“busco placer en el dolor, pierdo el control”…

“Evil Shuffle” en modo masoquista y retorno del personaje loco.

“Un loco vive dentro de mí. No me deja ir”.

Es muy Black Sabbath, en el riff y en su fundamento hard blues rock.
No faltan los cambios de tempo y el solo del virtuoso Wylde.

Hablando de Black Sabbath, vuelve Tony Iommi para “Degradation Rules”, un medio tiempo hard rock con Ozzy tocando la armónica.

“Dead And Gone” ya reitera demasiado los temas pero el riff varía hacia sonidos post-punk en un enfoque menos complejo que otras piezas previas.

Le sobran los arreglos orquestales.

“God Only Knows” no es una versión del tema homónimo de los Beach Boys.

Es una balada con estribillo de estadio y el sempiterno tono pesimista.

Se cierra el disco con “Darkside Blues”.
Blues clásico y crudo de poco más de minuto y medio con Ozzy de nuevo soplando la armónica y, con voz alejada, añorando a su antiguo amor.

La dejé en el lado oscuro de la ciudad.
Imposible verla.

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