• Por Antonio Méndez

something else by the kinks album review portadaCrítica

En 1967, mientras la mayoría de los grupos de su contexto estaban inmersos en la explosión psicodélica, los Kinks (concretamente el inefable Ray Davies) seguían escribiendo canciones según le marcaban las pautas de su inspiración sin reparar en modas ni poses de ninguna clase.

Ese año el grupo se encerró en el estudio de grabación con el productor Shel Talmy para registrar las excelentes trece canciones que integran “Something Else by The Kinks”, entre ellas, una de las más brillantes y celebradas de toda su carrera: “Waterloo Sunset”.

something else back cover contraportada kinksAdemás de este relajante viaje por el atardecer londinense (llevado a Waterloo), los Kinks nos regalan piezas que tanto contienen la usual ironía de su autor en punzantes comentarios sociales como exponen un romanticismo en tono melancólico.

Dentro del primer bloque se engloban “David Watts”, “Harry Rag”, el barroquismo de “Two Sisters” (canción que cuenta con sarcasmo la curiosa historia de dos hermanas que corren distinta suerte) o “Situation Vacant”, pieza sobre un matrimonio fracasado tras la intromisión de una ambiciosa suegra en la que se incluyen sonidos de pianos y órgano Hammond.

En el segundo se incluyen los ritmos de bossanova de la fenomenal “No Return”, la sentimental y divertida “Afternoon Tea” o la añoranza de un amor veraniego en “End Of The Season”. Destacable es también la celebración del astro rey en el tema de influjo lisérgico “Lazy Old Sun”.

Dave Davies, aunque en mucha menor medida que Ray, comienza a desarrollar su faceta compositiva colaborando con su hermano en “Death of a Clown” y escribiendo en solitario dos temas de fácil escucha: “Funny Face” y la magnífica “Love Me Till The Sun Shines”.

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