Dirección: Russ Meyer.
Intérpretes: Erica Gavin, Garth Pillsbury, Harrison Page, Vincene Wallace.
Con guión de Russ Meyer (“Faster, Pussycat, Kill!, Kill!”), Robert Rudelson (“Locos”) y Anthony-James Ryan (“Black Snake”).
Sinopsis
En un paraje aislado y montañoso de Canadá vive Vixen (Erica Gavin), la mujer de Tom Palmer (Garth Pillsbury), un piloto que traslada turistas al lugar en su avioneta.
Los próximos clientes en llegar son el matrimonio formado por el abogado Dave (Robert Aitken) y Janet King (Vincene Wallace).
Crítica
Sexploitation de Russ Meyer, aquí con la sensual Erica Gavin como centro.
Su ninfomanía no tiene fin. Se inicia con un policía montado del Canadá, después los turistas, más tarde su propio hermano motero, su bendito marido…
La película, con algún sonido jazz de fondo, es una redundante sucesión de escenas coitales protagonizadas por la insaciable Erica/Vixen.
Tanto cabe el lesbianismo como el incesto; el placer sexual, expuesto en modo ligero softcore, tanto se lleva a efecto en la cama, en la ducha o en ambientes naturales de bosque con río.
Meyer enfatiza los atributos de Erica Gavin con picados y contrapicados, a la par que asistimos a su racismo con el amigo del hermano (Harrison Page como Niles) y a algún choque político final como pegote a la historia.
La trama importa poco más allá de mostrar las formas de la gozosa protagonista.
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