• Por Antonio Méndez

alvin y las ardillasDirección: Tim Hill.
Intérpretes: Jason Lee, David Cross, Cameron Mitchell, Jane Lynch.

Película basada en unos personajes animados creada por Ross Bagdasarian en los años 50. Con guión de Will McRobb (“El Valiente Despereaux”, “La Fiesta De La Nieve”), Chris Viscardi (“El Valiente Despereaux, “La Fiesta De La Nieve”) y Jon Vitti (“Los Simpson. La Película”, “Alvin y Las Ardillas 2”).

Sinopsis

En California tres ardillas, Alvin, Simon y Theodore, son trasladas a la ciudad desde su hogar en el bosque cuando es talado el árbol en el que se encuentran.
Poco después intentarán abrirse paso en el mundo de la música con la ayuda de un compositor llamado Dave Seville (Jason Lee).

Crítica




Comedia que tiene como centro de atención a las ardillas cantantes creadas por Ross Bagdasarian a finales de los años 50. La película mezcla traviesos caracteres animados con personajes de carne y hueso, y trata de forma crítica la explotación de las estrellas del pop adolescente, que convierte el arte (o la pura expresión del canto y el baile) en un negocio lucrativo “deshumanizado” en donde sólo tiene cabida el beneficio pecuniario.

alvin-y-las-ardillas-critica-fotoLa introducción y la primera parte del film no está mal. A pesar de que no sobresale por su creatividad, la interacción cómica entre las ardillas, trío vocal que tanto interpretan a los Platters como a los Lipps Inc, con Jason Lee (llamado en la película con el seudónimo artístico de Bagdasarian) origina momentos simpáticos de humor físico y verbal con situaciones de personajes fuera de contexto y un humano en crisis que ve abiertas nuevas vías a su futuro inmerso en una situación absurda, como es el tratar profesional y amistosamente con unas ardillas parlanchinas.

Cuando las ardillas se van a vivir con David Cross (en el papel de un negrero y manipulador mánager que les promete la artificial vida padre mientras promociona sus naderías) el film se torna esencialmente dramático, con la explotación citada en el primer párrafo, que materializa de forma repugnante el mundo de la música, y el sentimental vínculo entre los personajes animados con Jason Lee.

Este tramo resulta tan previsible y rutinario como la carrera de la mayoría de las estrellitas de pop infantil y/o adolescente que se tienen que someter a estos tejemanejes de codicia y mercantilización.

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Jason Lee
Cameron Richardson
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