Dirección: David Ayer.
Intérpretes: Christian Bale, Freddy Rodriguez, Eva Longoria, Armando Cantina.
Jim (Christian Bale) y Mike (Freddy Rodríguez) son dos amigos que intentan encontrar su sitio en la turbulenta ciudad de Los Ángeles. Mientras Jim trata de ingresar en el prestigioso Cuerpo de Policía después de regresar del frente en Afganistán y Mike publicita su formación y experiencia espoleado por su chica, Sylvia (Eva Longoria), los turbulentos episodios en los que se verán envueltos determinarán sus respectivos destinos.
Con “Harsh times (Vidas al límite)”, David Ayer, guionista de “Training day” (2001), acometía un proyecto en el que confiaba y tenía puestas todas sus esperanzas, como se desprende de su responsabilidad en labores de producción junto al propio protagonista de la cinta, Christian Bale, el otrora rival de Hugh Jackman en “El truco final. El prestigio” (2006).
“Harsh times (Vidas al límite)” es una historia en la que, al igual que acontecía en “Babel” (2006), confluyen territorios y culturas distintas: la tensa y corrupta Los Ángeles, la paupérrima sociedad mejicana y, en menor medida, el mundo integrista de Afganistán.
Una línea fronteriza muy explotada (“Los tres entierros de Melquíades Estrada” (2005), o la mencionada película de Iñárritu (¿o es de Arriaga?)) que quiere potenciar el contraste entre la vida de los chicanos y la de los yanquis; confrontación que va más allá de lo visual, al incluirse en su banda sonora el soul pegadizo de Four Tops (“Reach out, I’ll be there”) o los narcocorridos de “Los Tigres del Norte”.
Un filme, por otra parte, que no termina de cuajar por la reiteración de secuencias ya machacadas en la cabeza del sufrido espectador, como son los estados lisérgicos y/o etílicos de los colegas descarriados, los engaños a los que se somete a la Longoria y, en definitiva, las situaciones límite de Bale, consecuencia de la paranoia bélica que sufre tras su paso por ambientes musulmanes.
Y es que, uno tampoco termina de entender como Rodríguez prefiere irse de farra con el “american psycho” de Bale, antes que pasar una tórrida velada con la Longoria. A no ser que con el primero hubiera algo más que una buena amistad.
Alberto Alcázar
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