TOCAR EL CIELO (2007)
Dirección: Marcos Carnevale.
Intérpretes: Chete Lera, Verónica Echegui, Raúl Arévalo, Alberto Jiménez.
En España, Pedro (Chete Lera), excéntrico cincuentón, vive con su hijo Fidel
(Raúl Arévalo) a quien nunca ha sabido entender. Gloria (Betiana Blum),
evocadora argentina, ha ejercido siempre de bote salvavidas y muro de
contención entre ambos.
En Argentina, Amparo (Montse Germán), “gallega” de alma bonaerense lucha por
adoptar un bebé para lo cual se casa con Santiago (Facundo Arana), seductor
impenitente; que a falta de madre biológica, ha sido criado por Gloria, bajo
la atenta mirada de su abuela Imperio (China Zorrilla), artista olvidada y
madre de Pedro.
Todos ellos consiguen hacer la distancia que los separa más pequeña cada 31
de Diciembre con la tradición de soltar un globo al comenzar el nuevo año
con un deseo amarrado a él.
“Tocar el cielo” es una obra coral de relaciones personales. Un ensayo
científico al más puro estilo pauloviano que intenta reproducir
cotidianidades, reflejo de sensaciones y experiencias vividas para algunos
espectadores; o bien mero intento de asociacionismo estímulo-sentimiento-
reacción para otros.
Independientemente del rol que cada uno tome llevado por los sentimientos
descritos por Carnevale, es cierto que estamos ante una película sencilla,
cercana, quizá algo previsible y agridulce; que no tiene más pretensiones
que ser las imágenes que escenifican la fábula que un escritor narrara.
Aún en nuestras retinas el anterior trabajo del director “Elsa y Fred”
(pocos habrán sido los que al ver a China Zorrilla no hayan sentido un
exceso acuoso en la retina al recordarla soñando con ser Anita Ekber) quien
repite equipo para su tercera coproducción española (anhelados e
imprescindible los acordes de Lito Vitale).
Chirria en el metraje la grandilocuencia histriónica de un Chete Lera más
cercano a Jim Carrey que al convulso personaje al que da vida. Asimismo, no
es mucho mejor el cambio de registro de Verónica Echegi, quien ha pasado de
ser la Juani de Bigas Luna, peineta alzada en mano, a una pavisosa
estudiante y meliflua amante de poca monta.
El resto del reparto está a la altura. Desde la española Montse Germán de
ejecución impecable, hasta Facundo Arana remolinos rubios incluidos de quien
se dice que no se tuvo que esforzar demasiado en reproducir un personaje más
cercano a si mismo que a la imaginación del guionista. Cabe aclarar de éste
último que es el creador de una de las espinas vertebrales musicales de la
cinta; al parecer gracias a la visita de unas acertadas musas en la cuarta
lectura consecutiva del guión. Sin olvidarnos por supuesto de una magistral
China Zorrilla, de apoyo secundario esta vez, pero llenando la pantalla de
puro arte con cada nueva arruga que el espectador adivina en su rostro.
“Tocar el cielo” es una historia que no pesa pero que irremediablemente
pasa. Un canto a la búsqueda interior y el punto de inflexión de unas vidas
que, afortunada o desgraciadamente, vemos cada día la mirarnos al espejo.
Cristina Gómez
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