LÍBERO (2006)
Dirección: Kim Rossi Stuart.
Intérpretes: Kim Rossi Stuart, Alessandro Morace, Marta Nobili, Barbora Bobulova.
Tommasso (Alessandro Morace) y Viola (Marta Nobili) son dos hermanos de corta edad que conviven con su padre, Renato (Kim Rossi Stuart), en una modesta casa en Roma.
La precaria situación laboral de Renato y la inestabilidad emocional de la ausente madre, Stefania (Barbora Bobulova), conllevan a un clima infernal para la educación de los dos niños.
Debut en la dirección de Kim Rossi Stuart, joven actor italiano con una trayectoria interpretativa ya consolidada y que, al igual que muchos de sus colegas, decide dar un paso adelante y asumir la responsabilidad creativa de una obra cinematográfica.
Con diversos galardones en distintos festivales, “Líbero” cuenta la historia de un chaval que se da de bruces con un muro cuya solidez está compuesta por la conflictiva relación conyugal de sus padres y las consecuencias de la tumultuosa y nada serena carrera profesional de su progenitor como operador de steadicam.
Al guión de “Líbero”, en el que ha participado el propio Rossi Stuart, le sobran, por redundancias argumentales, muchas secuencias que no hacen sino prolongar innecesariamente una narración que hubiera ganado en brevedad.
Asimismo, la sobreactuación en algunos pasajes de Rossi Stuart (con una exposición genital un tanto burda al inicio de la película), chirría algo el conjunto de un filme bienintencionado, del que sobresale el papel de Tommasso, que apenas logra esbozar una sonrisa a lo largo de la cinta.
Y es que, empleando un brillante aserto umbraliano que sí viene a cuento: “en la cripta que es un niño, sólo se entra por la celosía de su risa”.
Alessandro Morace, el infante que da vida a Tommasso, luce por su sencilla espontaneidad y fotogenia; y su deambular por la Roma eterna, se asemeja al del rubial Edmund, protagonista de “Alemania año cero” (1947), despertando cierta inquietud sus continuas idas y venidas por los inestables tejados y azoteas de su casa, llegándose a pensar en algún momento que seguiría el mismo destino que el contenido en el dramático final del título emblemático de Rossellini.
Alberto Alcázar