Educar a los hombres no es como llenar un vaso, es como encender un fuego.
La desconfianza es la madre de la seguridad.
Abre la boca y cierra los ojos, y mira cuanto te enviará Zeus.
Los hombres sabios aprenden mucho de sus enemigos.
Lo único en el mundo peor que una mujer, es otra. En las adversidades sale a la luz la virtud.
Una golondrina no hace verano.