Para hacer mal cualquiera es poderoso.
Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma.
El amor verdadero no espera a ser invitado, antes él se invita y se ofrece primero.
Para hacer mal cualquiera es poderoso.
Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma.
El amor verdadero no espera a ser invitado, antes él se invita y se ofrece primero.