No puedo recordar el título de la peli más lacrimógena que he visto jamás. Debe ser de los años 50. Se trata de una chica que se avergüenza de su origen. Su madre es negra y sirvienta, se la presenta como una mujer muy bondadosa y que lo hace todo por su hija. Al final, cuando la chica, que había abandonado a la madre, se entera de la muerte de ésta se desencadena el drama. Se termina con el funeral, un coro de blues de gran sentimiento, en el último momento llega la hija, arrepentida, con una manifestación de gran dolor y se abraza al féretro, pide perdón a la madre y hasta el más duro espectador soltaba una lagrimilla. ¿les suena? Gracias.

Óscar.

Más bien gospel que blues. Sí, canta Mahalia Jackson y es un clásico de Douglas Sirk titulado “Imitación a la vida”.