La localidad de Chester’s Mill ha quedado rodeado por un misterioso campo de fuerza invisible. Los habitantes del lugar intentan desentrañar el misterio y adaptarse a la nueva situación.
Novela del incansable Stephen King. Es un extensísimo volumen cuyo interés podría haberse quedado reducida a un relato corto o a un guión para la serie de Rod Serling “En Los Límites De La Realidad”.
El aspecto de ciencia-ficción con la cúpula cubriendo Chester’s Mill no es más que un macguffin para configurar un escenario distópico con estudio psicológico de caracteres en situación límite, con especial referencia a un personaje dictatorial. King crea un lugar secesionado de su contexto que se convierte en un espacio tiránico y totalitario con una clásica confrontación entre buenos y malos.
Aunque narra con ritmo y se soporta tanta página con no pocas redundancias, maneja el autor de Maine demasiados personajes, por lo general remedos paródicos y estereotipos. Intelectualmente la novela es bastante banal, maniquea y con un enfoque ideológico tendencioso. Alterna el suspense con el melodrama y la caricatura sociopolítica en un contexto humano progresivamente indiferente. Vamos, que King no es George Orwell ni William Golding.