Dirección: Kim Ki-Duk.
Intérpretes: Park Ji-yeon, Ha Jeong-woo, Seong Hyeon-a, Seo Yeong-hwa.
See-hee (Sung Hyun-ah) es una joven que se encuentra atravesando una fase crítica de su noviazgo. A su permanente celera hay que sumarle la no aceptación de su físico, en la creencia de que es el obstáculo en el deseo de su novio, Ji-woo (Ha Jung-woo), motivo por el cual decide pasar por el quirófano.
Sin abandonar materia tan calderoniana como los celos, presente en sus anteriores trabajos, Kim Ki-duk aborda desde esa perspectiva de adulteración mental, el paso inexorable del tiempo en una relación sentimental. Y es que estar sometido a la dictadura inevitable del calendario, puede acarrear el hastío; o por el contrario, en caso de ruptura y en la soledad de la ausencia, desencadenar el deseo irrefrenable de volver con el ser amado: tenemos lo que no queremos y queremos lo que no tenemos.
“Time”, cuyo guión vuelve a llevar la firma del propio Kim Ki-duk, no es una película fácil de seguir por el público occidental, no sólo por el peculiar lenguaje cinematográfico del director coreano, sino sobre todo por tratar el argumento de la identificación de rostros orientales, siendo conocido de todos el tópico de la homogeneidad de las mencionadas jetas.
Efectivamente, en “Time”, los protagonistas se someten a la cirugía facial para recomponer, por distintos motivos, sus preciadas caras, y si para ellos la búsqueda del otro es difícil, para el respetable no deja de producir cierto desconcierto, guiándose en última instancia por las sensaciones de los personajes.
A pesar de ello, la cinta es atractiva, siempre y cuando se quiera entrar en el juego visual que caracteriza al original Kim Ki-duk, quien no desiste de incluir algún “toque” marca de la casa, como por ejemplo, el jugueteo con el balón de fútbol dentro del remolcador.
A modo de aportación cultural, el filme brinda la oportunidad de conocer la obra escultórica del no menos original Lee Il-ho, cuyas obras al aire libre decoran parte de la costa de la isla de Mo.
Alberto Alcázar