• Por Antonio Méndez

gloria fuertes poesia poetry booksAunque la imagen general de Gloria Fuertes, infravalorada (seguramente por su agradecida falta de presunción pelma que tienen otros mediocres) y apreciable escritora autodidacta y postista (al igual que Eduardo Chicharro o Carlos Edmundo de Ory) está enfocada en sus textos para la infancia, con imaginación, humor, retozos léxicos en lúdicos juegos lingüisticos y musicalidad muy plausible, sus poemas “adultos” reflejan un talento extraordinario para, con sencillez, hondura y un tono íntimo, personal, indagar con atractiva imaginería y profundidad emocional en las cuitas universales que asedian sus versos, escarbando en el amor y el desamor, el dolor, la soledad o manifestaciones de corte social.




Son retazos anhelantes, de memoria y esperanza, a veces melancólicos, evasivos en torno al mundo natural, y otros de clara evocación optimista con reflexiones autobiográficas sobre los temas básicos de la existencia, transmitidos al lector de una manera íntima, sensible, directa…

Leamos algunos de sus poemas:

LOS PÁJAROS ANIDAN EN MIS BRAZOS

Los pájaros anidan en mis brazos,
en mis hombros, detrás de mis rodillas,
entre los senos tengo codornices,
los pájaros se creen que soy un árbol.

Una fuente se creen que soy los cisnes,
bajan y beben todos cuando hablo,
las ovejas me pisan cuando pasan,
y comen en mis dedos los gorriones;
se creen que soy tierra las hormigas
y los hombres se creen que no soy nada.



EL DOLOR ENVEJECE MÁS QUE EL TIEMPO

El dolor envejece más que el tiempo,
este dolor dolor que no se acaba,
y que te duele todo todo todo
sin dolerte en el cuerpo nada nada.

A tantos días de dolor se muere uno,
ni la vida se va,
ni el corazón se para,
es el dolor acumulado el que,
cuando no lo soportas,
él te aplasta.

Mi accidente será un buen epitafio:
Cuando una calle bajo el sol cruzaba,
de dolor – o de amor – es lo mismo,
murió desbaratada.




ALGO SUCEDE

Algo me pasa que en mi pecho existe.
Vuelan hormigas y discurren peces.
Suena la sangre y el tambor convoca.
Hay un incendio cerca de mi pulso.
De nuevo el tigre lanza su mensaje.
Tiene mi cama sed de otra figura.
Vuelven las venas a cantar presagios.
Torna el insomnio con sus mil disfraces.
Lavo mis manos para hacerlas suyas,
peino el cabello, río a las vecinas.
Y cuanto miro se convierte en agua.
¡Esto es amor y lo demás miseria!