• Por Antonio Méndez

john-boyne-el-nino-en-la-cima-de-la-montanaPierrot, niño con ascendencia franco-alemana que ha perdido a su padre y a su madre, termina acudiendo junto a su tía Beatrix, ama de llaves de la residencia alpina de Adolf Hitler.

John Boyne volvió con “El Niño En La Cima De La Montaña” a tiempos de la Segunda Guerra Mundial con protagonismo infantil, a crear una historia de “niño entre nazis” convertido en testigo y en víctima, tras haberlo hecho previamente con éxito en su famoso libro “El Niño Con El Pijama de Rayas”.

En esta ocasión, el escritor irlandés tiene como centro un niño huérfano sometido a un entorno de ideología y adoctrinamiento que, tomando al ídolo totalitario como figura paterna, le hace progresar de oprimido a opresor, configurando una historia dramática sobre pérdida de inocencia, poder, influencia, manipulación, orientada como un sencillo conflicto ético hacia la redención.

La novela, escrita con un estilo directo en tercera persona y uso habitual de sencillos diálogos, es un texto sobre metamorfosis personal, sobre corrupción moral.

Aunque suficiente en su efecto emocional, el libro se lastra por la incoherencia en la adecuación psicológica a la edad de Pierrot/Pieter, la simpleza maniquea derivada de su naturaleza de cuento juvenil que retrata a “buenos y malos”, el trato superficial a parte de sus personajes, la similitud en el vínculo mantenido en “El Niño Con El Pijama De Rayas”, o una conclusión precipitada en pos de ponderar el propósito de enmienda y el valor de la amistad.

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